Ayer solicité a la Oficina de Acceso a la Información Pública del Banco Central de Nicaragua (BCN) los nombres de las principales empresas importadoras radicadas en Nicaragua con el propósito de poder visitar a sus gerentes generales y ofrecerles los servicios de asesoría económica y financiera de Consultores Para el Desarrollo Empresarial (COPADES), la firma consultora que dirijo desde hace once años, debido a que preveo tiempos más difíciles en el desempeño económico nacional, no sólo a raíz de la ya sentida desaceleración económica mundial cuyo epicentro es la Eurozona, sino también por el conflicto político interno y las tensiones en las relaciones entre nuestro país y Estados Unidos, que es nuestro principal socio comercial. Por supuesto, estimo que las grandes empresas tendrán que ser muy cuidadosas desde este momento en sus pronósticos económicos y financieros de corto y mediano plazo.
Hoy recibí la respuesta del alto mando técnico, talvez político, del BCN, no sé si del jefe de la División Económica o del presidente de la institución, que no podían entregarme esa información por motivos de sigilo. Me sorprendí de este tipo de respuesta de la autoridad monetaria de nuestro país, cuyos funcionarios son servidores públicos de los nicaragüenses, que confunden la evidencia con el sigilo, que confunden su rol de servicio público con los secretos bancarios, a sabiendas que por ley el BCN no está protegido de ningún sigilo.
Nicaragua es un país muy pequeño en términos económicos. En este año tenemos una población de 5 millones 962 mil habitantes y un ingreso promedio anual por habitante de 1 mil 297 dólares, y su Producto Interno Bruto (PIB) apenas participa con el 4.5% en el total de la producción del istmo centroamericano, incluyendo a Panamá.
En una economía muy pequeña, por consiguiente, es fácil distinguir las empresas grandes de las pequeñas, además que sólo el 11% del total de las empresas nicaragüenses es gran empresa, la estructura empresarial es oligopólica en términos generales y la tasa de importación del país, es decir, la relación importaciones/PIB, fue igual a 59% en 2011. Entonces, ¿por qué el BCN esgrime el sigilo para no entregar una información, o sea, los nombres de las empresas sin ningún dato en particular, que son visibles en el mercado local?
Talvez el BCN me ayuda a corregir la siguiente lista preliminar de las empresas importadoras más importantes del país, que está basada, por supuesto, en la evidencia empírica: Petróleos de Nicaragua, Distribuidora César Guerrero L., F. Alf. Pellas, E. Chamorro Industrial, Industria Nacional de Refrescos, Embotelladora Nacional, Tip Top Industrial, Unilever de Centroamérica, ENITEL, Compañía Cervecera de Nicaragua, Nicaragua Machinery Co., Nestlé Nicaragua, KIMINICA, Corporación CEFA de Nicaragua, Café Soluble, Colgate Palmolive Centroamérica, DINISA, HOLCIM (Nicaragua), CEMEX (Nicaragua), Silva Internacional, BATCA Sucursal Nicaragua, Autonica, OCAL, Cruz Lorena Export Import, Productos Avon de Nicaragua, Europa Motors Nicaragua, Industria Metal Mecánica, Corporación de Supermercados Unidos de Nicaragua, Unión Comercial de Nicaragua, Hortifuti de Nicaragua, TRANSMERQUIM de Nicaragua, Eskimo, Plastiglas de Nicaragua, Tecnología Computarizada y PBS.
Esa lista la elaboré rápidamente con mis alumnos de Economía al final de la tarde de este viernes y es muy seguro, aunque no fue nuestra intención, que se nos escaparon varias empresas importadoras importantes; sin embargo, es también muy probable que nos hayamos equivocado cuando estimamos que esas 35 empresas participan aproximadamente con un tercio en el valor total de las importaciones CIF de Nicaragua.
Es, pues, bastante irónico, mejor dicho cómico, este ejemplo de acceso a la información pública. Parece que los técnicos del BCN desconocen que la información económica histórica no es de ellos ni es exclusiva del gobierno, es de todos, le pertenece a todos.
El jueves pasado, en un taller sobre estadísticas el presidente del BCN decía a representantes de varias empresas que “con confianza provean la información, porque mientras más certeza de los datos haya, los análisis cada vez van a ser mejores”, pero el BCN consideró que por sigilo no puede facilitar nombres de empresas.
Ojalá mediten estos servidores públicos que el Estado tiene la responsabilidad de dar información a todos los agentes económicos, para que el Mercado funcione mejor.