El Sr. Erasmo Castillo Duarte me solicitó recientemente un breve análisis sobre el perfil que presenta la balanza de pagos para 2010, en este caso asociado con mi pronóstico de una tasa de crecimiento económico de Nicaragua entre 3% y 4%, y teniendo en cuenta que el Fondo Monetario Internacional estima que la economía de Estados Unidos tendrá un crecimiento de 3% en este año.
La recuperación que mostrará la economía nicaragüense durante el 2010 viene de la mano de mejores condiciones externas que repercutirán en una mayor demanda externa por bienes y servicios producidos en el país. Las exportaciones domésticas de bienes FOB tienden a incrementarse con respecto a 2009 en US$100 millones hasta US$1,495 millones, debido principalmente al café y al azúcar que crecen en volumen y gozan de mejores precios en el mercado internacional. Por su lado, el valor neto de las exportaciones de las empresas de zona franca (maquila) -que equivale al 28% de las exportaciones brutas de dichas empresas- se recupera levemente al pasar de US$272 millones en 2009 a US$291 millones en 2010. Un tercio del valor de las exportaciones domésticas de bienes FOB, o sea US$490 millones, es comprado por los países centroamericanos.
Del mismo modo, se observarán mayores importaciones por el crecimiento del gasto interno (consumo e inversión) y de la actividad económica internos y por los mayores precios internacionales de las materias primas, cuyo valor CIF tiende a subir en US$471 millones hasta US$3,949 millones. En particular, el valor de la factura petrolera podría rondar los US$836 millones con la importación de 10.3 millones de barriles de petróleo y combustibles, y con un precio WTI promedio anual de un barril de petróeo de US$80, y refleja una tasa de crecimiento de 22% en relación con su valor registrado en 2008. El monto de las importaciones de origen centroamericano de US$905 millones participa con el 21% en el monto total importado en el año.
Una de las cosas benignas que nos dejó la recesión económica mundial en 2009 fue la reducción del déficit hasta US$796 millones en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que se explica principalmente por la drástica caída de 32% de los precios de importación mientras que los de exportación disminuían levemente en 3%. Ese déficit disminuyó del 24% del PIB en 2008 al 13% del PIB en 2009; pero en 2010, al acelerarse la inflación internacional y al aumentar alrededor de 7% el volumen de bienes y servicios importados, se elevará hasta el 16% del PIB, alcanzando el nivel de US$1,052 millones. Adicionalmente, el pago de intereses y amortizaciones de la deuda externa reestructurada es de US$100 millones, y es igual al 7% del valor de las exportaciones domésticas de bienes FOB y del valor neto de la maquila.
El déficit externo previsto para 2010 sería financiado con remesas familiares de US$820 millones -un monto similar al observado en 2008-, con la contribución de US$560 millones de la cooperación internacional -que reduce su componente de donaciones-, y con recursos provenientes de la inversión extranjera directa, que podrían oscilar alrededor de US$475 millones. Sin lugar a dudas, el saldo de las reservas internacioinales netas ajustadas de la autoridad monetaria tiende a disminuir en un monto aproximado a US$30 millones, pero al final del año las reservas brutas serán equivalentes a 2.24 veces la base monetaria (o sea, la suma de los saldos de la emisión de dinero y del encaje efectivo sobre los depósitos en córdobas que las instituciones financieras depositan en el Banco Central) y a 5.1 meses de importaciones CIF. Por lo tanto, no habrá lugar para especulaciones cambiarias y el tipo de cambio oficial mantendrá su tasa de deslizamiento anual de 5%.
Es pertinente hacer la observación de la aceleración de la deuda externa, que pronostico a finales de este año con un monto de US$3,900 millones, equivalentes al 60% del Producto Interno Bruto, con la salvedad que el 40% de ese saldo se encuentra pendiente de reestructuración con 8 países que no son miembros del Club de París, en el marco de la Iniciativa para Países Pobres Muy Endeudados (HIPC), entre los que se destacan Costa Rica, Libia, Honduras e Irán.
Aunque los préstamos externos continúan siendo muy concesionales, es neceesario que las autoridades gubernamentales normalicen y gestionen más donaciones externas, porque Nicaragua continúa siendo un país pobre, muy endeudado en términos de producción y, por lo tanto, sin capacidad de pago: en este año, mientras cada nicaragüense tendrá un ingreso promedio anual de US$1,115, aún inferior al que tuvo en 2008, también verá aumentada su deuda con los acreedores externos en US$34 hasta US$670 -además de su deuda interna de US$198, principalmente frente a los tenedores de Bonos de Pago por Indemnización (BPI), de Bonos Estandarizados asociados con las liquidaciones bancarias de los años de 2000 y 2001, de los Bonos del Tesoro y de las Letras Estandarizadas subastadas por el Banco Central.