En diciembre del año pasado, Consultores Para el Desarrollo Empresarial (COPADES) dio el primer pronóstico de la tasa de crecimiento económico de Nicaragua de 5.1% para 2014. En la actualidad, a la luz de los datos oficiales de los principales rubros de producción correspondientes a 2013, que arrojaron un desempeño productivo de 4.6% el año pasado, COPADES ha revisado su pronóstico para 2014 y lo ha dejado en el nivel de 4.8%.
¿Cuáles son los supuestos que ayudan a explicar el comportamiento de la producción de Nicaragua en este año? Antes de señalarlos, siempre reitero que las tasas de crecimiento económico registradas en el trienio 2011-2013 demuestran que Nicaragua ya se apoderó del estadio de crecimiento anual de 4%-5%, pero son tasas insuficientes para reducir el nivel de desempleo global (el abierto más el equivalente asociado con el subempleo) que afectará en este año, al menos, a 785 mil personas porque no generarán ingresos. Tomando en cuenta la baja productividad de la economía, es decir, el Producto Interno Bruto (PIB) Real por persona plenamente ocupada (que trabaja 8 horas diarias), el volumen de producción de bienes y servicios tendría que aumentar 6% anual para reducir sólo en 1 punto porcentual la tasa de desempleo abierto, la cual, según COPADES, afecta al 11.1% de la población económicamente activa.
Por el lado de la oferta, el fenómeno de “El Niño”, que se da en promedio cada 4 años y está relacionado con la ocurrencia de sequías, afectará la producción agropecuaria, la cual, en el mejor de los casos, permanecerá estancada, o sea, 0% de crecimiento sobre su nivel de producción observado en el ciclo agrícola recién pasado. En particular, la caída de la producción del café, debido a la roya, será 1/3 de lo que cayó el ciclo pasado; la producción de granos básicos podría retroceder 3%, principalmente en los rubros de maíz, frijol y arroz; la pérdida de pastos podrá reducir en 5% la matanza de ganado vacuno; la captura de pescado, debido al sobrecalentamiento de las aguas, podría disminuir hasta un 10%, es decir, se dejarían de capturar 1.4 millones de libras; y aunque es difícil cuantificar los daños provocados por los incendios forestales, habría que agregar el estancamiento de la producción silvícola, o sea, la extracción de leña y madera.
Entre las ramas industriales manufactureras, se destacan los crecimientos del refinamiento de petróleo y de la producción de textiles y vestuarios de las empresas de zona franca, que podrían exportar 2 mil 597 millones de dólares, equivalentes al 51% del valor bruto total de las exportaciones de bienes FOB del país, pero el procesamiento de alimentos tiende a estancarse; continuará la aceleración del crecimiento de la construcción, especialmente con la construcción de viviendas y de obras de infraestructura pública, a lo cual se suma el inicio de la construcción del Proyecto Hidroeléctrico “TUMARÍN”, con un valor de 1 mil 100 millones de dólares en los próximos 4 años, generará 1,184 miles de MWH anuales y sustituirá el consumo anual de casi 2 millones de barriles de fuel oil; y en la actividad de la minería se distingue la extracción de 298 mil onzas troy de oro.
Finalmente, en el sector servicios, sobresalen las actividades de comercio, transporte y comunicaciones, energía eléctrica y agua potable y servicios financieros con tasas de crecimiento entre 4% y 5%, mientras que las del gobierno general y otros servicios muestran expansiones cercanas al 3%.
Ahora, por el lado de la demanda, el crecimiento económico de 4.8% en 2014 se fundamenta, en orden de importancia, en la inversión fija, o sea, en los gastos de construcción y adquisición de maquinaria y equipo, y en las exportaciones, que son impulsadas más por las empresas de zona franca que por las empresas domésticas. Aunque la tasa de inflación anual se pronostica en el nivel de 6.1%, el volumen de bienes consumo tenderá a estancarse, con base en el muy probable estancamiento del procesamiento industrial de alimentos y en un aumento de 6.6% del salario promedio nacional, que ya está acompañado de un aumento de 10.4% del promedio simple del salario mínimo legal.
Con ese escenario productivo y con una estabilidad macroeconómica caracterizada por una baja presión inflacionaria, 1 punto porcentual por arriba de la tasa de devaluación anual del córdoba que se mantiene en el nivel de 5% por décimo año consecutivo, y por el mantenimiento de un saldo apropiado de reservas internacionales brutas gracias al crédito petrolero facilitado por Venezuela y a la cooperación de la banca comercial privada radicada en el país en llevar un importante excedente de sus depósitos de encaje en moneda extranjera al Banco Central de Nicaragua, el gobierno debería avanzar en la solución de algunos problemas estructurales de la economía de Nicaragua, que se observan principalmente en el presupuesto nacional y en el mercado laboral.
Hace 22 meses aproximadamente, el asesor económico y financiero presidencial, Bayardo Arce, prometió públicamente realizar en 2013 la esperada reforma del gasto público cuando presentó la última reforma tributaria. La promesa no se cumplió. Señalo esto porque, ante la ausencia del ciclo político o de un proceso electoral, es necesario elevar la participación del gasto de inversión pública que en la actualidad se aproxima al 22% del gasto total del presupuesto nacional y al 5% del PIB, con el fin de apoyar el objetivo del crecimiento económico sostenible. Para aumentar el gasto de inversión pública será necesario reducir el gasto de consumo público, o sea el gasto de la planilla estatal y de la compra de bienes y servicios de consumo para el funcionamiento de la burocracia estatal. Además, la recién estrenada Concertación Tributaria debería hacerse acompañar de políticas públicas que tiendan a reducir la evasión y la elusión en el pago de impuestos.
No hay que pensar en muchas reformas estructurales para un año en particular. Una segunda política pública de vital importancia para nuestro país es la de reducir la informalidad del mercado laboral, que no se dará con la ejecución de mega proyectos que contribuirán a la reducción de los altos niveles de subempleo y de desempleo. Por consiguiente, podrían iniciarse las tareas de construir el banco de datos de desempleados; reentrenar a los trabajadores desempleados y subempleado en función de la estrategia inversionista planteada por la administración pública; con el apoyo del sector privado, introducir los elemento básicos de contabilidad en la microempresa y la pequeña empresa; y desarrollar la responsabilidad estatal de transferir tecnología hacia aquellos sectores empresariales que no pueden comprar la tecnología. Esto último sería posible con el funcionamiento efectivo de la banca de fomento de la producción, el Banco PRODUZCAMOS, que conceda crédito y tecnología para asegurar la recuperación de los fondos prestados y su rentabilidad.