La probabilidad de ser pobre en Nicaragua es 20% en 2023

21 04 2024

La encuesta I Medición de Nivel de Vida (EMNV) en Nicaragua se realizó en 1993, durante la administración de la Sra. Violeta Barrios Vda. de Chamorro. De una población de 4.5 millones de habitantes, el 50.3% era pobre, un porcentaje que incluyendo a los pobres extremos que representaban el 19.4% de la población total

En la siguiente administración pública, encabezada por el Dr. Arnoldo Alemán, la II EMNV de 1998 arrojó que el 47.8% era pobre y entre de éstos 17.1% era extremadamente pobre. Y en 2001, último año de gobierno del Dr. Alemán, la III EMNV de 2001 indicó que el 45.8% era pobre y de ellos el 15.1% de la población total era extremadamente pobre, por lo cual sólo pudo reducir el índice de pobreza en 2 puntos porcentuales. La población total del país era igual a 5.2 millones de habitantes.

Inesperadamente, cuando era presidente de Nicaragua el Ing. Enrique Bolaños, la IV EMNV de 2005 concluyó que la pobreza aumentó al registrar que el 48.3% de la población del país era pobre y de ellos el 17.2% era extremadamente pobre. El Índice de Pobreza aumentó 2.5 puntos porcentuales y la población total del país ascendía a 5.45 millones de habitantes.

En noviembre de 2006 ganó la carrera electoral el presidente Daniel Ortega y en 2009 se hizo la V EMNV. El Índice de Pobreza bajó a 42.5% y el Índice de Pobreza Extrema disminuyó a 14.6%. La población total del país era de 5.52 millones de habitantes.

Cinco años después, en 2014 se llevó a cabo la VI EMNV que fue la última que se realizó y se aprobó con el aval técnico del Banco Mundial. La pobreza afectaba al 29.6% de la población del país y, entre éstos el 8.3% correspondía al total de personas pobres extremas.

Sin embargo, en 2016 se hizo una encuesta más sin el aval del Banco Mundial y el resultado fue el siguiente: el 24.9% era pobre y el 6.9% era extremadamente pobre. Después no se ha realizado otra encuesta de medición de nivel de vida de los nicaragüenses. La población total del país era igual a 6.3 millones de habitantes.

En resumen, a lo largo de 12 años, desde 1993 hasta 2005, la derecha política en el poder disminuyó el índice de pobreza de la población nicaragüense apenas en 2 puntos porcentuales, es decir, de 50.3% a 48.3% y, por su parte, a lo largo de 11 años, desde 2007 hasta 2016, la izquierda política en el poder, encabezada por el presidente Daniel Ortega, había reducido la pobreza de la población del país en 28.2 puntos porcentuales.

En enero de 2019, en un foro abierto a profesionales y empresariales abierto, señalé públicamente que sólo la administración del presidente Daniel Ortega se había acercado a los pobres debido a la notable contracción de la pobreza en Nicaragua. Cabe recordar que el principal soporte financiero para lograr la tarea política de reducir la pobreza fue la cooperación petrolera de Venezuela en el marco del ALBA que totalizó US$3,860.1 millones entre 2007 y 2018, al ser destinada a proyectos sociales, entre los cuales se destacan la seguridad alimentaria nutricional, la infraestructura habitacional, el bono solidario, la infraestructura urbana y rural, y la educación, cultura y recreación, y también a proyectos socio-productivos, entre los más importantes la soberanía energética, el desarrollo del comercio justo y la producción agropecuaria y forestal.

¿Continuó reduciéndose el índice de pobreza de Nicaragua entre 2018 y 2023?

Es obvio que el aumento o la reducción del nivel de la producción de bienes y servicios mejora o empeora el nivel de pobreza de la población, pero oculta el problema de la inequidad de la distribución del ingreso, que se podría disminuir con la tributación directa de sobre los ingresos y la riqueza de los estratos de la población de más altos ingresos.

Por supuesto que el nivel de pobreza de la población nicaragüense observado en 2016 se ha reducido en los últimos siete años, pero aumentó en el trienio 2018-2020 debido a (i) el conflicto político nacional de abril de 2018, que provocó el desplome de la tasa de crecimiento económico y la desaceleración de la tasa de inflación; (ii) la reforma tributaria procíclica de febrero de 2019, que elevó la presión tributaria en un momento en que la producción  continuaba cayendo y la tasa de inflación desaceleraba; y (iii) la pandemia mundial del Covid-19 que apareció oficialmente en Nicaragua en marzo de 2020, obligó al cierre de las empresas, por lo cual la producción continuó cayendo y la tasa de inflación comenzó a acelerarse en diciembre de 2020.

Además, con los impactos de las alzas de los precios internacionales de los alimentos y los combustibles debido al conflicto geopolítico y militar entre Rusia y Ucrania, la tasa inflación local volvió a acelerarse a partir de agosto de 2021, alcanzó el máximo de 12.16% en octubre de 2022, desaceleró en abril de 2023 y en la actualidad aún está por encima de su rango “natural” de [4.0%, 4.5%]. 

Existe una relación inversa entre el Índice del Producto Interno Bruto (PIB) real o Índice del Ingreso Interno Bruto (IIB) real y el Índice de Pobreza (IP). Si el PIB real aumenta, el Índice de Pobreza disminuye, o si el PIB real disminuye, el Índice de Pobreza aumenta.

La elasticidad PIB,IP durante el período 2009-2016 fue igual a -1.42. En otras palabras, si el PIB real cae 1%, el Índice de Pobreza aumenta 1.42% y el Índice de Pobreza Extrema (IPB) sube 1.96%. Durante el trienio 2018-2020, la caída de 7.8% en la producción de bienes y servicios provocó aumentos de 10.7% del Índice de Pobreza y de 16.7% del Índice de Pobreza Extrema.

Con base en datos oficiales del PIB Real de Nicaragua publicados por el Banco Central de Nicaragua (BCN), el Índice del PIB real creció 6.2% promedio anual en el período 2021-2023, lo cual es explicado principalmente por el “efecto base” bajo del año de 2020. Por consiguiente, el Índice de Pobreza se redujo al pasar de 25.9% en 2020 a 20.1% en 2023 y el Índice de Pobreza Extrema disminuyó de 7.1% a 4.5% en el mismo orden.

La probabilidad de ser pobre en Nicaragua es 20%. Así lo indica el índice de pobreza de 20.1% en 2023, según la elasticidad del Índice de la Pobreza-PIB real. Se puede afirmar que la administración del presidente Daniel Ortega ha reducido la pobreza de los nicaragüenses en 28.2 puntos porcentuales de la población total del país, o sea, 7.05 puntos porcentuales promedio por período presidencial.

Sin embargo, reitero, falta mucho que hacer para reducir la inequidad en la distribución del ingreso.





Una sorpresa de una economía de ingreso medio bajo

13 04 2024

 

Según el informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), entre febrero y marzo de 2024, la tasa de inflación interanual del índice de Precios al Consumidor General (PCG) se aceleró al subir de 4.93% a 5.44% y la tasa de inflación interanual del Índice de Precios al Consumidor Subyacente (IPCS), al excluirse los precios de los alimentos y de los combustibles, también se aceleró al elevarse de 5.84% a 5.96%.

La tasa de inflación subyacente se ha desplazado lateralmente desde hace cinco meses y, por lo tanto, ha frenado su proceso de desaceleración y ha permanecido por arriba del rango de inflación natural y de la tasa de inflación general de la economía nicaragüense, un rango ubicado entre 4.0% y 4.5% en términos anualizados. Cabe destacar que los precios de los servicios, principalmente Restaurantes y hoteles, y Transporte, han imposibilitado que la inflación se acerque a dicho rango y han subido más que los precios de los bienes, principalmente Alimentos y bebidas no alcohólicas, y Prendas de vestir y calzado.

En el primer trimestre de este año, la tasa de inflación subyacente promedio mensual es igual a 0.58%. Si esta variación relativa promedio mensual continuara subiendo, sin duda alguna habrá una fuerte aceleración del aumento de los precios al consumidor. Es recomendable que los hacedores de la política macroeconómicas vigilen el comportamiento de la tasa de inflación subyacente e impidan que se aleje del rango inflacionario arriba mencionado y vuelva a aparecer el riesgo de un “aterrizaje forzoso”, el cual ya se ha disipado, y que se caracteriza por una caída de la producción, un aumento del desempleo y una reducción de la alta presión inflacionaria.

En términos anualizados, con base en datos del Banco Central de Nicaragua (BCN), el INIDE y el MITRAB , la economía de Nicaragua ha crecido 4.5% en enero, la tasa bruta de ocupación ha aumentado a 65.8% en febrero, la inflación subyacente es 5.96% en marzo y se ha estancado en un nivel todavía alto, y el salario nominal promedio mensual de la economía formal se ha elevado 10.5% en enero. ¿Habrá un “aterrizaje suave”, o sea, una inflación baja que aumenta el desempleo y desacelera el crecimiento sin llegar a ocurrir una recesión? Creo que no. La economía está pujante y parece que el avión no aterrizará.

La inflación no es demasiado alta como en octubre de 2022, cuando alcanzaba el nivel de 12.16%; el salario, tanto el mínimo legal como el promedio de la economía formal,  subieron con 2 dígitos porcentuales en el primer trimestre de 2024; el empleo no es abundante, pero se acerca al 66% de la población en edad de trabajar en febrero de 2024; la tasa de desempleo abierto bajó hasta 3.7% en enero-febrero de 2024; y la productividad del trabajo aumentó 2.2% en 2023. Si la economía está “caliente” y la inflación desacelera aún más, no habrá un “aterrizaje”.

Así, ¿cuál ha sido la sorpresa que nos ha dado la economía de ingreso medio bajo de nuestro país? La tasa de inflación es persistente y todavía es alta, la tasa de crecimiento económico es creciente y alta, la tasa de desempleo abierto es bastante baja, el salario ha comenzado a subir con un ritmo más rápido que la inflación y la base de la estabilidad macroeconómica es sólida, mejor dicho, la estabilidad del tipo de cambio descansa sólo en una variable, la remesa.





Una variable económica que no hace nada, pero sirve de guía

7 04 2024

La moda actual de la política monetaria mundial es muy contractiva. Los bancos centrales están obligados a reducir el saldo de emisión de dinero, ya sea elevando el costo del dinero, o sea, las tasas de interés, ya sea redimiendo sus títulos valores en moneda local y colocados en la banca comercial del país, para lograr reducir las fuertes presiones inflacionarias que se acumularon desde agosto de 2021 con la reapertura de la economía mundial y el surgimiento de cuellos de botella en la cadena de suministros, una vez controlada y aplanada la curva de contagio de la pandemia del Covid-19.

La política monetaria se vuelve restrictiva cuando los bancos centrales suben las tasas de interés de referencia monetaria e interbancarias, con el objetivo de que la banca comercial eleve sus tasas de interés activas y pasivas para contraer la demanda interna, es decir, los gastos de consumo e inversión de los agentes económicos, aumentar el ahorro y asegurar la desaceleración de la tasa de inflación hasta alcanzar su nivel objetivo, por ejemplo, 2% anual en los países de economía avanzada.

El proceso de esa política monetaria, que es dirigido por un banco central, concluye con la disminución de sus tasas de interés para restablecer adecuadas tasas de crecimiento económico y de desempleo. Todo esto es muy fácil decirlo, pero bastante difícil lograrlo. Es bastante fácil reducir la tasa de inflación interanual de 10% a 5% en cualquier mes del año, pero es bastante difícil disminuirla, en este caso, de 3% a 2%. Siempre hay riesgos que enfrentar en la ejecución de estas tareas de política macroeconómica.

Por ejemplo, supongamos que el banco central estadounidense (Fed) esperara demasiado para bajar las tasas de interés con el propósito de asegurar la reducción de la alta inflación, podría frenar demasiado el crecimiento económico y provocar una recesión y un mayor desempleo. Caso contrario, si la Fed bajara las tasas de interés demasiado pronto para sostener el crecimiento económico, podría acelerar la tasa de inflación y estabilizarla por encima de su objetivo inflacionario de 2% interanual en cualquier mes del año.

Con las lecciones de los ajustes macroeconómicos de Nicaragua realizados en el inicio de la década de los noventa del siglo pasado, creo que para evitar los dos riesgos arriba mencionados se requiere una combinación de ciencia y de arte, pero más ciencia que arte.

En el actual escenario mundial, los ajustes de las variables macroeconómicas para disminuir la tasa de inflación oscilan alrededor de un número que no hace nada, que ocupa una posición central al servir de guía para evitar los dos riesgos arriba mencionados, tanto en la subida como en la bajada de la tasa de interés monetaria del banco central. Ese número que no hace nada se llama tasa de interés neutral, se identifica como r* (r estrella) en la literatura económica y no expande ni contrae la tasa de crecimiento económico en una situación de pleno empleo con una baja presión inflacionaria estable.

La tasa de interés neutral orienta a los bancos centrales a identificar la ubicación de la tasa de interés en el corto plazo: si el Producto Interno Bruto (PIB) Real observado está creciendo por debajo del PIB Real Potencial, las tasas de interés de la política monetaria se fijarían por debajo de sus niveles neutrales para poder impulsar el crecimiento económico. O si la tasa de inflación está muy alta, los bancos centrales ubicarían las tasas de interés por arriba de sus niveles neutrales para desacelerar la inflación de los precios al consumidor.

Por otro lado, en el largo plazo la política monetaria debería ser coherente con lo que los bancos centrales creen que es el nivel de la tasa de interés neutral. Los macroeconomistas en general y los bancos centrales en particular estiman la tasa de interés neutral de largo plazo en función de variables estructurales explicativas tales como la productividad del trabajo, el tamaño de la población, el número de personas económicamente activas o en edad de trabajar, el desarrollo de los mercados financieros, el nivel del ahorro interno, la tasa de interés real global de largo plazo, tomando en cuenta la incertidumbre estadística que implica mantener la observación del comportamiento de un conjunto de indicadores económicos.

Es preferible estimar la tasa de interés neutral cuando concluya la lucha antinflacionaria actual. Después de que la economía mundial estuvo afectada por la pandemia de Covid-19, se puede prever el desconocimiento de la ubicación actual de la tasa de interés neutral. Al haberse desacelerado la inflación, los bancos centrales están analizando cómo reducir la tasa de interés de la política monetaria. ¿Cuándo alcanzarán el objetivo inflacionario? Nadie lo sabe.





El crecimiento económico y la productividad del trabajo

31 03 2024

El 22 de marzo de 2024, el Banco Central de Nicaragua (BCN) informo que “la actividad económica mostró dinamismo y expansión en su evolución”, porque el Producto Interno Bruto (PIB) Real se incrementó 4.6% en 2023, una tasa de variación mayor que el crecimiento económico de 2022 que fue 3.8%. En 2021, el PIB Real creció 10.3%, lo cual puede ser explicado por el  “efecto base”  bajo después de que la producción de bienes y servicios se había desplomado durante el trienio 2018-2020, lo que dio lugar a un crecimiento de dos dígitos porcentuales impulsado por la reapertura de la economía mundial luego de que la curva de contagio de la pandemia mundial de Covid-19 fuera aplanada.

El crecimiento de la economía nicaragüense de 4.6% en 2023 es bastante fuerte, al estar por arriba de la tasa de aumento anual del PIB Real Potencial anual que desaceleró de 5% a 3%, producto del desplome trienal arriba mencionado, a lo cual se puede agregar la fuerte emigración de 405,413 nicaragüenses principalmente hacia Estados Unidos, en el período comprendido entre enero 2021 y febrero 2024, según US Border Patrol, lo que ha disminuido el tamaño de la población económicamente activa (PEA) del país, y también el tamaño de la población en edad de trabajar (PET).

Según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), el mercado laboral del país también está muy fuerte, porque en febrero de 2024 la tasa de desempleo abierto es 3.7% de la PEA, un nivel que es 5 décimas porcentuales superior a la registrada en febrero de 2023 y está por debajo de la tasa de desempleo abierto natural de la economía nicaragüense que es cercana al 5%,

Continuando con los datos publicados por el INIDE, la tasa de inflación subyacente anualizada, que excluye los precios de los alimentos y de los combustibles, y que es la que controla el BCN, sorpresivamente se aceleró en el rango de [5.84%, 6.32%] entre noviembre y febrero recién pasados y ha permanecido por arriba de la tasa de inflación general anualizada en los últimos cuatro meses, lo cual podría provocar presiones por alzas de los salarios del empleo formal. Mi expectativa es que la inflación tienda hacia su objetivo anual que se ubica en el rango de [4.0%, 4.5%].

En este escenario macroeconómico del país, la creciente tasa de crecimiento económico puede ser explicada, en parte, sólo por el aumento de la productividad, tal como lo mencioné en mi escrito del 3 de marzo de este año. En 2023, la productividad o el PIB Real por persona ocupada plena se incrementó 2.15%, después de haber crecido 1.83% en 2022, mientras que en 2021, debido al “efecto base” bajo por el desplome de la producción en el trienio 2028-2020, subió 10.57%.

Cabe señalar que en 2017, un año de máximos históricos de producción y con un PIB Potencial Real que crecía 5% anual, la productividad se elevó apenas 1.26%. Hoy, el PIB Potencial Real anual tiende a crecer 3.2%, por lo cual es bastante probable que el aumento de la productividad no tendrá una larga duración. En los últimos dos años, el crecimiento promedio anual de la productividad de la economía fue igual a 1.32%.

Los datos de productividad de la economía o del trabajo han sido muy volátiles, porque depende del nivel de educación de la población, la inversión pública y la inversión privada, el surgimiento de nuevas empresas, el desarrollo de la tecnología, entre otros factores. En el largo plazo, si el comportamiento de la productividad provoca un mayor crecimiento económico habrá efectos para la política monetaria, entre ellos el alza de la tasa de interés neutral, que es la tasa de interés que no estimula ni restringe el desempeño de las actividades económicas del país.





El Sector Real de la Economía de Nicaragua en 2023

24 03 2024

El viernes 22 de marzo del año en curso, el Banco Central de Nicaragua (BCN) publicó el comportamiento de la tasa de crecimiento económico del país vista, por un lado, desde la generación de valor agregado por cada una de las actividades economías del país y, por otro lado, desde el gasto de los agentes económicos por la compra de bienes finales, correspondientes al período 2021-2023.

El informe del BCN indica que la economía nicaragüense creció, en términos preliminares, 4.6% en 2023, un ritmo más acelerado que el de 2022 con el nivel de 3.8% debido al “efecto base” alto de 2021, con el nivel de 10.3%, después del desplome productivo registrado en el trienio 2018-2020.

Sin ninguna señal de una recesión económica mundial, en 2023 el PIB real nicaragüense creció con una tasa mayor que la del PIB Potencial, que es igual a 3.2%. La producción anual creció a un ritmo vigoroso; la tasa de desempleo promedio anual, con base en datos del Ministerio del Trabajo (MITRAB), fue muy baja al registrar el nivel de 3.36% de la población económicamente activa (PEA); y la tasa de inflación interanual, publicada por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), se “enfrió” al disminuir rápidamente hasta 5.60%, aunque aún continúa siendo alta, por lo que los salarios mensuales de la economía formal subieron 9.81%, más que la tasa de inflación. En resumen, al cierre de 2023 se observó un escenario macroeconómico muy asombroso.

La base del crecimiento económico de Nicaragua en 2023 fue el gasto de los consumidores que se elevó hasta 7.3%. El salario promedio nominal del empleo formal registrado en diciembre de 2023 fue igual a C$12,277.00, equivalentes a US$335.35, y su poder adquisitivo se incrementó 3.99%, pero la variable económica que facilitó la aceleración del gasto de consumo de los hogares fue la remesa proveniente del exterior que totalizó US$4,660.1 millones durante el año y fue igual a 26.14% del PIB.

Por su parte, el gasto de consumo del sector público, es decir, el monto total de las remuneraciones de los empleados gubernamentales y de las compras de bienes y servicios de consumo requeridas para el funcionamiento de la burocracia gubernamental, disminuyó por segundo año consecutivo al registrar una reducción de 3.2% en 2023, lo cual se podría explicar con la política fiscal “contractiva” que se ha mantenido desde 2019 con la reforma de la Ley de Concertación Tributaria y con la reducción y la contención del gasto público total emprendida desde 2022 para fortalecer la estabilidad tanto del tipo de cambio como de una baja presión inflacionaria.

El gasto de inversión fija, o sea, de la construcción y la adquisición de maquinaria y equipo, se incrementó 20.0%. Aunque el BCN no mostró en su informe el comportamiento de la inversión privada y de la inversión pública, dijo que la privada creció 21.4% y la pública disminuyó 1.2%. Además, tampoco se conoce el comportamiento de la variación de existencias (un dato que parece ser obtenido en forma residual), aunque el informe publica que la formación bruta de capital, que incluye la variación de existencias, aumenta 20% tras una caída de 3.0% en 2022.    

La Cuenta del Gasto señala que el volumen de las exportaciones aumentó 1.3% y el volumen de las importaciones creció 8.9%. Al crecer más las importaciones que las exportaciones de bienes y servicios no atribuibles a factores de producción, la demanda externa neta “tuvo un aporte negativo de 5.2 puntos porcentuales”.

Finalmente, un breve comentario sobre la oferta interna de bienes y servicios o el enfoque de la producción por actividades económicas publicada por el BCN. En 2023, cayó la producción de bienes agrícolas y de la pesca y acuicultura, y aumentó la producción pecuaria, silvícola, minera, manufacturera y de la construcción. Todas las actividades productoras de servicios crecieron, principalmente hoteles y restaurantes, electricidad, comercio, transporte y comunicaciones, intermediación financiera y agua potable.

En mi opinión, no existen temores de que ocurra una recesión económica en este año y la confianza de los consumidores es sólida, pero el pronóstico económico de corto plazo para Nicaragua mostrará una desaceleración de la tasa de crecimiento del PIB real, una menor tasa de desempleo abierto y una disminución de la tasa de inflación.

Sin embargo, con una población económicamente activa disminuida por la emigración de la población al exterior del país, principalmente a Estados Unidos, la alta tasa de crecimiento económico de Nicaragua observada en 2023, después de la reapertura de la economía mundial una vez controlada y aplanada la curva de contagio de Covid-19, sólo podría ser explicada por una mayor productividad que facilite un crecimiento más rápido con menos inflación. 

La baja productividad de la economía nicaragüense es un problema estructural de vieja data. Una mayor productividad significa que las empresas generan más productos por trabajador, y pueden pagar salarios más altos sin elevar los precios y sin reducir la rentabilidad de las empresas.

Si deseamos elevar la productividad, habría que aumentar el nivel de escolaridad promedio de la población, mejorar la tecnología y la capacitación, establecer una mejor combinación entre el capital físico y el capital humano, fomentar la comunicación efectiva, ofrecer incentivos atractivos, entre otros.

¿Muestran los datos recientes un repunte de la productividad de la economía de Nicaragua? Depende del tamaño del PIB real estimado por el BCN, y del tamaño de la población económicamente activa ocupada, pero el dato de la PEA no aparece en los indicadores mensuales publicados por el MITRAB. También depende de la inversión en tecnología de la información, del uso de las herramientas digitales y de la calidad del trabajo remoto.





SEMINARIO DE ACTUALIZACIÓN EMPRESARIAL «PRONÓSTICO DE LA ECONOMÍA DE NICARAGUA 2024»

22 03 2024

Estimados(as) Señores(as) Empresarios(as),

COPADES tiene el gusto de invitarle a participar en el Seminario de Actualización Empresarial “Pronóstico de la Economía de Nicaragua 2024”, el cual contribuirá con la toma decisiones inversionistas, empresariales e institucionales.

En nuestro Seminario presentaremos el desempeño económico de Nicaragua en 2023, junto con un análisis de las variables económicas más relevantes para los inversionistas, las empresas y las instituciones, con datos pronosticados por Consultores Para el Desarrollo Empresarial (COPADES), basados en una comprensión profunda de la política macroeconómica actual, por lo cual te proporcionaremos una visión clara y práctica del panorama económico del país.

Nuestro pronóstico, fundamentado en una muestra de datos oficiales del período 2006-2023 y en el mantenimiento de la política macroeconómica actual, se destaca por su rigurosidad econométrica, así como su adhesión al Sistema de Cuentas Nacionales, lo que garantiza un margen de error máximo del 5%, siendo consistentes al compararse con los resultados observados en los datos oficiales.

No dejes pasar esta oportunidad única para obtener información valiosa que impulsará el éxito de tu empresa. Contáctanos hoy mismo a través del correo corozco@copades-nic.com o llama al teléfono 2270-0385 para conocer más detalles y reservar tu lugar.

¡Date prisa! Los cupos para este Seminario son limitados, asegura tu participación.

¡Nos vemos en el Seminario! 

Saludos Cordiales,

Mercadeo

Consultores Para el Desarrollo Empresarial, S.A.

2270-0385





Cuatro meses continuos con una inflación subyacente mayor que la inflación general

17 03 2024

Según datos publicados el martes 12 de marzo por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), la tasa de inflación interanual del Índice de Precios al Consumidor General (IPCG) desaceleró en gran forma, al pasar de 5.79% en enero a 4.93% en febrero del año en curso, tras haber descendido desde un máximo post pandémico de 12.16% en octubre de 2022.

Por su parte, la tasa de inflación interanual del Índice de Precios al Consumidor Subyacente (IPCS), un mejor predictor de la tendencia de los precios en el mediano plazo al excluir los precios volátiles de los alimentos y los combustibles del IPCG, también desaceleró de 6.31% en enero a 5.84% en febrero de este año, habiendo observado un máximo de 9.99% en octubre de 2022.

La tasa de inflación subyacente, que es el objetivo principal de la política monetaria a ser controlado y disminuido por la banca central, todavía es alta porque se encuentra por arriba del rango de la tasa de inflación “natural” de la economía de Nicaragua, el cual es [4.0%, 4.5%]. 

Por consiguiente, febrero fue un mes de desaceleración de la inflación, tanto general como subyacente, y también fue un mes en que siempre se ha observado una fuerte aceleración estacional del IPCG. Aparentemente, la trayectoria esperada de la tasa de inflación será hacia abajo, pero la presencia de riesgos externos, más altos que los riesgos internos, podrían acelerarla hacia arriba debido a las tensiones geopolíticas, la fragmentación geoeconómica y el fortalecimiento del proteccionismo.

También existen factores fundamentales de la economía de Nicaragua que están impulsando la inflación, como son: la aceleración de la tasa de crecimiento económico de 3.8% en 2023 a 4.8% en 2024 -no obstante el Producto Interno Bruto (PIB) Potencial real del país ha disminuido de 5.0% en 2017 a 3.2% en 2023-; la disminución de la tasa de desempleo mensual a niveles de entre 3% y 4% en el transcurso de 2023 -por debajo de la tasa de desempleo “natural” de 5.0% correspondiente a una situación de pleno empleo-; y el aumento anual de 9.1% del salario promedio mensual de la economía formal en 2023 -con un primer aumento de 3.99% en su poder adquisitivo después de haber registrado deterioros anuales consecutivos en los años comprendidos entre 2018 y 2022.

Las 12 divisiones de bienes y servicios del IPCG mostraron en febrero tasas de inflación interanuales de 1 dígito porcentual, siendo las más altas las de Restaurantes y hoteles, 8.20%; Bienes y servicios diversos, 7.70%; Alimentos y bebidas no alcohólicas, 5.62%; Prendas de vestir y calzado, 5.39%; y Muebles, artículos para el hogar y conservación del hogar, 4.96%.

Además, en febrero se observó que la tasa de inflación general interanual está por debajo de la tasa de inflación subyacente interanual (la diferencia entre ambas tasas fue negativa en el nivel de 0.91 puntos porcentuales)- y ha sido negativa consecutivamente entre noviembre de 2023 y febrero de 2024, lo que indica que existe deflación de los precios internacionales de los alimentos y los combustibles.

Sin embargo, la tasa de inflación interanual subyacente, que es el objetivo a ser controlado y disminuido por la autoridad monetaria, se encuentra más alejada del rango de la tasa de inflación “natural” anualizada de la economía nicaragüense, que la tasa de inflación general. 

Si la tasa de inflación subyacente continúa siendo mayor que la tasa de inflación general, el poder de compra de los salarios, o salario real, perderá valor con el transcurso del tiempo, como lo perdió persistentemente entre junio de 2018 y septiembre de 2023, y los trabajadores presionarán por ajustes salariales.





Crecimiento económico, desempleo, inflación y salario promedio de la economía formal

10 03 2024

El Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE) informó que la tasa de desempleo abierto, como un porcentaje de la población económicamente activa (PEA), aumentó de 2.5% en diciembre del año pasado a 3.7% en enero de este año, lo que puede atribuirse a un creciente empleo temporal a finales del año debido a la estacionalidad de una mayor demanda de bienes y servicios. El 96.3% restante de la PEA es la tasa neta de ocupación, que también es igual al porcentaje de la PET que corresponde al total de personas ocupadas de 14 años y más.

Cabe mencionar que la PEA u oferta de trabajo, que es el total de personas que están ocupadas y personas que buscan trabajo, ha disminuido por la emigración de 394,012 nicaragüenses principalmente a Estados Unidos, entre enero 20 y enero de 2024, según la fuente estadounidense U.S. Border Patrol (USBP), lo que redujo la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) Real Potencial de 5.0% en 2017, un año de máximos históricos de producción del país, hasta 3.1% en 2023.

La tasa de inactividad subió 5 centésimas porcentuales en enero del año en curso y alcanzó el nivel de 31.9% de las personas de 14 años y más de edad, o población en edad de trabajar (PET), que están en desempleo abierto y no buscan trabajo, es decir, no pertenecen a la PEA. El 68.1% restante de la PET es la tasa global de participación, o sea, el porcentaje de la PET que se ha mantenido estable en el rango de [67.1%, 68.1%] durante los últimos nueve meses.

El total de las personas de 14 años y más que están ocupadas es igual a 65.6% de la PET, que corresponde a la tasa bruta de ocupación. De acuerdo con la metodología internacional, se define a los ocupados a todas las personas que laboran al menos 1 hora en la semana de referencia (de la encuesta) y a las personas que estuvieron ausentes por motivos circunstanciales (enfermedades, vacaciones, huelga, falta de producción, entre otros).

El 37.5% de la población ocupada está subempleada. En otras palabras, en enero del año en curso, el 37.5% del total de las personas ocupadas están trabajando menos de las horas establecidas por semana por causas involuntarias y que están dispuestas a trabajar más horas y, además, las personas ocupadas que trabajan más horas de las establecidas por semana y que devengan un salario menor que el salario mínimo.

La tasa de presión general, indica que el 10.4% de la PEA se encuentra en desempleo abierto o están ocupadas pero desean trabajar más horas en otra ocupación o lugar, o están presionando directa o indirectamente al mercado laboral al demandar un puesto de trabajo a tiempo completo o a tiempo parcial.

En enero de este año la tasa de desempleo aumentó y el tamaño de la economía formal creció. Según datos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), en enero el aumento mensual de 5,576 del número total de asegurados activos cotizantes del INSS estuvo liderado por las actividades económicas de la Industria Manufacturera, con 5,611; Agricultura, pecuario, silvicultura, caza y pesca, con 3,533; y Comercio, con 1,167. Cabe agregar que los puestos de trabajo de Servicios comunales, sociales y personales se redujeron en 4,713.

La tasa de desempleo aumentó y los aumentos salariales se aceleraron. Datos del Ministerio del Trabajo (MITRAB) indican que las presiones del salario promedio nominal de la economía formal han comenzado a acelerarse en enero de 2023, lo que podría ser explicada en gran parte por su “efecto base” muy bajo, al pasar de una variación relativa interanual de 1.30% en diciembre de 2022 a 9.81% en diciembre de 2023.

El poder adquisitivo del salario de la economía formal cayó continuamente desde junio de 2018 hasta agosto de 2023, con un máximo desplome interanual de 9.22% en diciembre de 2022, y mostró un aumento interanual de 3.99% en diciembre de 2023.

La tasa de desempleo aumentó y la tasa de inflación se aceleró. El INIDE también informó que en enero de este año la tasa de inflación interanual del Índice de Precios al Consumidor General (IPCG) aumentó 19 centésimas porcentuales hasta 5.79%, mientras que la tasa de inflación interanual del Índice de Precios al Consumidor Subyacente (IPCS), que excluye los precios volátiles de los alimentos y los combustibles, apenas disminuyó 1 centésima interanual hasta 6.31%.

A pesar de la deflación importada que se ha registrado en el mercado local en los últimos tres meses (noviembre 2023-enero 2024), las presiones inflacionarias no se mantuvieron en la dirección correcta, es decir, hacia la baja, alejándose de su rango natural de [4.0%, 4.5%]. Si en este año el crecimiento del empleo fuese muy fuerte y la tasa de desempleo abierto se encuentre por debajo de su nivel “normal”, aumentos salariales más rápidos podrían acelerar la tasa de inflación

La tasa de desempleo aumentó y la tasa de crecimiento económico se elevó. El Banco Central de Nicaragua (BCN) publicó los datos del Índice Trimestral de Actividad Económica correspondiente al cuarto trimestre de 2023, que mostró una tasa de crecimiento de 5.5% y facilita estimar la tasa de crecimiento anual del PIB Real de 2023, un dato que todavía no es oficial porque no ha sido publicado por el BCN. El PIB Real de Nicaragua creció 4.8% en 2023, 1 punto porcentual mayor que la tasa de crecimiento económico de 2022.





INVITACIÓN AL SEMINARIO «INVERSIÓN PÚBLICA, ACTIVIDAD ECONÓMICA Y POLÍTICA TRIBUTARIA»

6 03 2024

Consultores Para el Desarrollo Empresarial tiene el agrado de invitarles al Seminario de Actualización Empresarial “Inversión Pública, Actividad Económica y Política Tributaria”, que será expuesto y dirigido por el economista Néstor Avendaño.

La inversión pública es la variable que, además de contribuir al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica del país, podría facilitar una mayor generación de empleos y de ingresos, y por lo tanto acelerar la tasa de crecimiento económico de Nicaragua. En el corto plazo, más inversión pública, con sus efectos multiplicadores, siempre que exista un espacio fiscal, es una posible vía para alcanzar una tasa de crecimiento económico mayor que la del Producto Interno Bruto Potencial del país. Sin embargo, existe el riesgo de que la política tributaria podría fatigar el desempeño económico al registrar una presión tributaria creciente y mayor que la del Punto Óptimo de la Curva de Laffer,

En este Seminario se abordará la evaluación de los resultados de las finanzas públicas en 2023, la política fiscal de corto y mediano plazo, los resultados esperados del Presupuesto Nacional en 2024 y las principales razones macroeconómicas comprometidas con la estabilidad cambiaria y la estabilidad de una baja presión inflacionaria.

Para inscripciones, puede escribir al correo corozco@copades-nic.com, o contactándonos al número de teléfono 2270-0385. Esperando contar con su presencia, nos es grato reiterarles nuestras distinguidas muestras de consideración y aprecio.

Néstor Avendaño

Consultores Para el Desarrollo Empresarial, S.A.





El factor Trabajo es más importante que el factor Capital

3 03 2024

En su forma más simple, la productividad mide cuánto producto produce un trabajador promedio en una hora, aunque en Nicaragua se mide en con el PIB Real por persona económicamente activa (PEA). Por eso se le llama la productividad del trabajo. Si denominamos al producto como Y, y al número de horas de trabajo como H, la productividad es igual a Y/H.

La productividad fluctúa en igual dirección del producto, porque se eleva cuando la economía está en expansión y el producto aumenta en un porcentaje superior al empleo, y cae cuando la economía se contrae y el producto disminuye más rápido que el empleo.

En el año de 2017, un año de máximos históricos de producción, la productividad del trabajo también alcanzó un máximo de 67,901.5 córdobas de 2006, equivalentes a 3,864.6 dólares de 2006, por persona ocupada plena, o sea, por el total de personas ocupadas menos el subempleo equivalente. En ese año, el Producto Interno Bruto (PIB) Real creció 4.63% y el total de personas ocupadas plenas aumentó 3.33%.

El nivel de la productividad de 2017 también era un máximo histórico. Una alta productividad implica que las empresas obtienen más producción por trabajador y las más productivas pueden pagar mayores salarios sin tener que elevar los precios de los productos ni reducir la tasa de rentabilidad, es decir, las empresas pueden mejorar los salarios reales sin generar inflación. El crecimiento de la productividad beneficia a los trabajadores, a los clientes y a los empresarios, eleva el nivel de vida de todos los agentes económicos.

Sin embargo, la tendencia de la productividad de la economía nicaragüense comenzó a mostrar que el nivel de productividad máximo alcanzado en 2017 se transformó en un punto de inflexión y la productividad disminuyó en el trienio 2018-2020 debido a los “shocks de oferta” provocados por el problema político interno de 2018, la política fiscal procíclica de 2019 y la pandemia mundial del Covid-19 que obligó el cierre temporal de las empresas en 2020 y el inicio del trabajo remoto gracias a la tecnología de la información. En ese trienio, el Producto Interno Bruto (PIB) Real se desplomó 7.82% y el total de personas ocupadas plenas se redujo 3.99%.

La productividad aumentó 10.57% en 2022 debido al “efecto base” bajo de 2021 y a la reapertura de las empresas al reabrirse la economía, dado el aplanamiento de la curva de contagio de Covid-19, y continuó subiendo 1.83% en 2022 y 2.57% en 2023.

¿Estamos entrando a un período de auge de la productividad? Creo que no.

El cálculo y el análisis de la productividad es más difícil en la producción de servicios que en la producción de bienes -en el caso de Nicaragua, el sector Servicios contribuye con el 60% en la formación del PIB Real; habría que utilizar eficientemente la mano de obra porque hubo escasez provocada por la pandemia mundial y por la emigración de nicaragüenses principalmente hacia Estados Unidos; habría que mejorar no sólo la tecnología sino también la eficiencia de los trabajadores para impulsar el crecimiento económico, con el propósito de elevar los bajos salarios con base en la productividad.

El progreso técnico, la escolarización, la formación en el trabajo y el capital físico constituyen el motor del crecimiento económico de una empresa, de un país. Entre los factores de producción, el capital y el trabajo, el más importante es el trabajo.