
Las quiebras bancarias suelen suceder por una causa común entre los activos y pasivos de las entidades financieras. Un intermediario financiero puede ser golpeado por un “descalce” de plazos o de vencimientos («maturity mismatch») cuando el plazo de los títulos valores con que se financia es menor que el plazo de los préstamos o activos en que invierte. Este problema de iliquidez se presenta cuando una entidad financiera capta depósitos o préstamos de corto plazo, pero todo su activo está invertido en préstamos o inversiones a muy largo plazo, muy difíciles de liquidar si es necesario.
En 2000 y 2001 se desplomaron 4 bancos comerciales en Nicaragua y a solicitud de la Contraloría General de la República realicé ad honorem la investigación económica para identificar las causas de ese desplome entre enero de 2006 y febrero de 2007. La principal razón técnica de la quiebras bancarias fue la iliquidez: el banco “quebrado” no tenía disponibilidades de efectivo en moneda nacional y en moneda extranjera para atender a los depositantes y a los prestatarios. Los depósitos de corto plazo estuvieron disponibles para la inversión a largo plazo Este el riesgo de liquidez o de financiación para el intermediario financiero en una crisis bancaria, al no poder renovar a su vencimiento su financiación y no pueda vender el activo a largo plazo en que invirtió, excepto que logre venderlo con una gran pérdida.
En la semana pasada, la economía de Estados Unidos tuvo una crisis bancaria que rayaba casi en un colapso financiero. Después del cierre del criptoprestamista Silvergate Capital Corp, la debacle bancaria se inició el 8 de marzo del año en curso en Silicon Valley Bank (SVB), un banco de tamaño mediano en California, con una pérdida de 1 mil 800 millones de dólares en la venta de inversiones y que intentaría recaudar capital a través de una oferta de acciones, desencadenó la última turbulencia, y su empresa matriz pidió la protección por bancarrota; le siguieron Signature Bank y First Republic Bank, este último a ser rescatado por un grupo de instituciones financieras estadounidenses con hasta 30 mil millones de dólares.
Al otro lado del Atlántico, los inversionistas financieros se deshicieron de sus acciones en el Credit Suisse Bank por problemas que no dependían directamente de la crisis bancaria en Estados Unidos y pedirá un préstamo de 54 mil millones de dólares al Banco Nacional Suizo, porque los inversionistas se deshicieron de sus acciones. Después del recién pasado fin de semana de tensas negociaciones, el banco UBS compró Credit Suisse , su rival en problemas, en un acuerdo de 3 mil 250 millones de francos suizos (3 mil 250 millones de dólares estadounidenses) negociado por el gobierno suizo.
El origen de la actual crisis bancaria estuvo en la rápida subida de la tasa de interés por la Reserva Federal (Fed) para contener la inflación. El SVB y otros bancos competidores invirtieron en bonos a largo plazo aprovechando los bajos precios del dinero, lo cual se complicó con la subida de la tasa de interés que redujo el precio de los títulos valores de la deuda pública.
El SVB tuvo que vender la semana pasada una importante cantidad de esos títulos valores de la deuda pública con pérdidas para poder obtener liquidez y atender las retiradas de dinero de sus clientes o depositantes, principalmente empresas tecnológicas.
Las preocupaciones macroeconómicas, representadas por una elevada presión inflacionaria de los precios al consumidor, y las preocupaciones microeconómicas -entre ellas las bancarias- sesgadas por la probabilidad de ocurrencia de una recesión económica, han aumentado hoy con la crisis bancaria Hay dudas de que el banco central de Estados Unidos, la Fed, mantenga su lucha antiinflacionaria inmerso en esta crisis debido al riesgo de un aterrizaje “duro” que conduzca a una profunda recesión económica.
¿Se evitará el contagio de la crisis bancaria? Todavía no se sabe. Lo seguro es que las premisas básicas y los riesgos, tanto internos como externos, del pronóstico económico de la economía estadounidense y de los países de economía avanzada para 2023 han variado y aumentado, lo cual constituye un riesgo externo para los países de economía emergente y para los países en vías de crecimiento y desarrollo económico.
La política monetaria de los bancos centrales de casi todos los países de economía avanzada persigue el objetivo de elevar la tasa de interés de referencia monetaria para aplacar la elevada tasa de inflación subyacente en sus mercados, con los propósitos de elevar los costos de endeudamiento, interrumpir los préstamos para reducir la demanda de crédito, disminuir los excesos de demanda interna de bienes y servicios del sector privado, incrementar la tasa de desempleo abierto y desacelerar o contraer la tasa de crecimiento económico, con el riesgo de que se provoque una recesión económica “suave” o “forzoso”. La crisis bancaria ha complicado la tarea de la Fed.
La Fed, al haber elevado el rango de su tasa de referencia monetaria desde [0.00%, 0.25%] en abril de 2022 hasta [4.50%, 4.75%] en febrero de 2023, hizo que los inversionistas financieros se concentraran rápidamente en otros prestamistas que no dependían de los depósitos no asegurados por encima del límite de 250 mil dólares de la Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), pero con una gran cartera de bonos del gobierno y otros títulos de deuda que habían perdido valor desde que la Fed comenzó a subir el rango de la tasa de interés de referencia monetaria.
Aunque los bancos de todo el mundo están mejor capitalizados y regulados que en 2008, año de la caída de la banca de inversión de Wall Street cuando colapsó el mercado hipotecario de Estados Unidos, es bastante probable que los bancos pequeños y medianos endurezcan los préstamos para cumplir las exigencias de los reguladores para fortalecer sus finanzas, lo que afectaría a los principalmente a los desarrolladores de viviendas y establecimientos comerciales y, por consiguiente, disminuiría la contratación de préstamos y la inversión, y el crecimiento económico sería más lento al menos teóricamente, y esto ayudaría a la Fed a controlar la tasa de inflación. Sin embargo, con un escaso acceso al crédito, los préstamos más estrictos afectarían la oferta global de bienes y servicios y generaría un shock inflacionario por el lado de la oferta, que no se puede reducir con la política monetaria.
La mayor pregunta de Wall Street ahora es cuál podría ser el próximo banco quebrado.
La respuesta del gobierno de Estados Unidos el domingo 12 de marzo, a través del Departamento del Tesoro, ordenó a la FDIC garantizar los fondos de los clientes del SVB, quienes tuvieron acceso a partir del lunes 13 de marzo. El objetivo fue garantizar la confianza pública en el sistema bancario de Estados Unidos, destacó la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen. Así, se evitó una gran corrida bancaria.
Una lección que podemos extraer de esta crisis bancaria es que la caída de los precios de las acciones de los bancos refleja en parte que los inversionistas financieros se den cuenta de los riesgos que las tenencias de bonos a largo plazo representan para la rentabilidad.