La tasa de crecimiento económico de Nicaragua, estimada por el Banco Central de Nicaragua (BCN), ha entrado en una franca desaceleración, al estar impulsada hacia abajo por (i) el “efecto base” alto que explica el pase de la tasa interanual del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) promedio anual de 10.8% en febrero de 2022, un máximo reciente, a 3.4% en marzo de 2023, que también se registró en diciembre de 2008, y (ii) por la disminución de la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) Potencial real del país, de 5.0% en 2017 a 3.2% en 2022, provocada por las crisis no económicas observadas en el país entre 2018 y 2021, a lo cual se agrega la emigración de 304,655 personas a Estados Unidos en 2021 y 2022, según datos de U.S. Border Patrol (USBP).
Otras causas de la desaceleración anualizada de la economía nicaragüense en marzo recién pasado son (iii) la fuerte caída de 13.2% de la Actividad de la Construcción, no obstante se observa una tasa máxima de crecimiento de 29.3% de la Actividad de Hoteles y restaurantes que apenas contribuye con el 3% en la formación del Producto Interno Bruto (PB) real del país y, por otro lado, (iv) los riesgos externos relacionados con las sanciones financieras internacionales aplicadas por Estados Unidos que desestimulan la inversión privada, tanto local como extranjera.
Según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), entre enero y marzo de 2023 el número de ocupados aumentó al elevarse la tasa bruta de ocupación al nivel de 65.3% de la población en edad de trabajar, y el número de desempleados también aumentó al reflejar una tasa de desempleo abierto de 3.2% de la población económicamente activa, lo que implica que el número de personas que no trabajan ni buscan empleo continuó disminuyendo al mostrar una tasa de inactividad económica de 32.5% de la población en edad de trabajar.
El INIDE también publicó los datos del salario promedio del sector formal de la economía, el cual indica el nivel de C$11,710.00 en marzo de este año, con un ajuste nominal o aumento en precios corrientes de 5.22% interanual, que se vio superado por la tasa de inflación anualizada de los precios al consumidor de 9.53%. Así, el poder adquisitivo del salario nominal, o salario real, mostró un deterioro anualizado de 4.68% en marzo de este año.
El salario medio nominal del sector formal también tuvo una cobertura de 61.72% sobre el costo de la canasta de 53 productos de consumo básico cuyo valor fue C$18,973.46 en marzo.
La presión inflacionaria general interanual al mes de abril recién pasado, aunque es de un dígito porcentual, continúa siendo alta al ser igual a 9.53% en abril del año en curso. Actualmente, la inflación está concentrada en las divisiones de Bebidas alcohólicas y tabaco, con 20.74%; Restaurante y hoteles, con 16.68%; y Alimentos y bebidas no alcohólicas, con 12.74%.
El BCN duplicó su tasa de referencia monetaria (TRM), con 1 día plazo y asociada con el córdoba sin mantenimiento de valor, desde 3.5% en marzo de 2022 hasta 7.0% en diciembre del mismo año, y la ha mantenido en ese nivel hasta mayo de 2023. En una muestra de datos desde enero de 2021, la tasa de interés activa de corto plazo de la banca comercial radicada en el país ha estado oscilando entre las bandas de 8% y 10% mientras que la tasa de interés pasiva a 1 año plazo se ha desplazado entre las bandas de 4% y 5%.
Sin embargo, no se ha observado que el aumento de la TRM haya provocado alzas en las tasas de interés activas del sistema bancario del país que contrajeran la demanda de crédito al consumo y la inversión y aumentaran el estímulo al ahorro. No se pudieron lograr los efectos esperados de reducir la demanda interna, disminuir el crecimiento económico, aumentar el desempleo y aplacar la inflación.
Cabe recordar que en su nota de prensa, el BCN informó que la TRM se estableció “en correspondencia con la evolución de las tasas de interés internacionales y de las condiciones monetarias internas, enmarcándose en el cumplimiento del objetivo fundamental del BCN, de propiciar la estabilidad de la moneda nacional y el normal desenvolvimiento de los pagos internos y externos”.
La inflación interanual en el mercado local se mantuvo en dos dígitos porcentuales durante 11 meses consecutivos, en el período mayo 2022-marzo 2023, acompañado en el inicio y el cierre con tasas de inflación de 9.95% y de 9.53 en el mismo orden, por lo cual parece que los agentes económicos se están adaptando a convivir con altas presiones inflacionarias. Estimo que las expectativas adaptativas de los consumidores y los productores se están desanclando, porque el coeficiente inercial de la inflación, que tiene un rango de 0 a 1, es igual a 0.6 en abril recién pasado.
En Nicaragua, los agentes económicos han corregido sus errores paso a paso, por lo que se han formado expectativas adaptativas: Si la tasa de inflación observada es superior a la esperada, la expectativa inflacionaria aumenta proporcionalmente al error; en el caso opuesto, la expectativa inflacionaria se corrige hacia abajo. Sugiero a las autoridades económicas gubernamentales evitar una recesión profunda para presionar a la baja a la alta tasa de inflación actual.
Cabe agregar que la inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de los combustibles y de los alimentos, ha oscilado entre 9.10 % y 9.99% durante 8 meses consecutivos, entre abril de 2022 y marzo de 2023. Las fuentes de la actual aceleración inflacionaria fueron los cuellos de botella de la cadena de suministros relacionada con la pandemia del COVID-19, lo cual ha sido superado, y el conflicto geopolítico y militar entre Rusia y Ucrania, que elevó los precios de los combustibles y de los alimentos, pero el conflicto se ha recrudecido recientemente.
Cuánto más tiempo dure el conflicto geopolítico y militar arriba mencionado, peor aún si apareciera otra pandemia en el corto plazo, el riesgo de que la población se ajuste a incrementos más rápidos de los precios y los salarios sería mayor. La única ventaja que aún tenemos frente a este problema es que la economía nicaragüense ya estaba ajustada antes de que ocurrieran las dos shocks de oferta antes mencionadas que aceleraron la tasa de inflación desde agosto de 2021: no habían shocks de demanda en el mercado local, es decir, no existía un exceso de demanda interna del sector privado sobre la oferta interna de bienes y servicios.
Si la inflación se asentara en una tasa estacionaria, como la de dos dígitos porcentuales observada en el rango de 10.37% y 12.16% durante 11 meses consecutivos, o sea, entre mayo de 2022 y marzo de 2023, los salarios y los precios aumentan juntos. Para resolver este problema sería necesario provocar una recesión profunda, lo que los economistas denominamos un “aterrizaje fuerte”, pero en este momento no hay evidencia de una recesión ni siquiera leve. Debemos evitar que esto suceda.
Habiendo llegado a un acuerdo con el presidente Kevin McCarthy, el presidente Biden ahora debe enfrentar preguntas difíciles de miembros de su propio partido. Kenny Holston/The New York Times
Casi al concluir el sábado 27 de mayo, salió humo gis claro de la discusión entre la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos sobre el gasto público, que involucra el tema de elevar el techo de la deuda pública de la primera economía del mundo durante los próximos dos años, y fijar nuevos límites al gasto durante ese período. El límite de la deuda federal es actualmente de US$31.4 billones.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden dijo en un comunicado que “el acuerdo representa un compromiso, lo que significa que no todos obtienen lo que quieren” e instó a las dos Cámaras del Congreso a que aprobaran el acuerdo, para evitar “lo que podría haber sido un incumplimiento catastrófico y habría llevado a una recesión económica, cuentas de jubilación devastadas y millones de empleos perdidos”.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R., California)dijo a los periodistas en el Capitolio que “Hemos llegado a un acuerdo en principio. Todavía tenemos mucho trabajo por hacer” y que podría haber una votación el miércoles 31 de mayo en la Cámara, que actualmente está en receso.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha dicho que Estados Unidos podría quedarse sin dinero para pagar sus deudas tan pronto como el 5 de junio, un escenario que podría tener profundas consecuencias económicas y financieras porque representa el mayor mercado de deuda soberana, al representar casi la tercera parte del total mundial y sostiene los precios en todos los mercados financieros.
El acuerdo solo afectará marginalmente el gasto que representa menos de un tercio del presupuesto federal, sin tocar el gasto en programas obligatorios como el Seguro Social y Medicare, así como los intereses de la deuda federal. Los republicanos exigían la reducción de 25% del gasto federal real, inaceptable para los demócratas.
Así como McCarthy sabe que perderá potencialmente a decenas de republicanos decepcionados por las adaptaciones que hizo, el presidente espera que muchos en su propio partido también voten en contra del producto final. Haiyun Jiang para The New York Times
A continuación, algunos acuerdos alcanzados:
El gasto no militar, con ciertos ajustes de asignaciones, se mantiene en el año fiscal de 2024 al mismo nivel de 2023, con un aumento limitado de 1% en el año fiscal de 2005.
Disminuir 1% el gasto público si los 1 proyectos de ley de asignaciones no se aprueban a fines de este año.
El gasto militar del año fiscal de 2024 aumenta aproximadamente 3% más que los 886 mil millones de dólares presupuestados por la Casa Blanca en 2023.
Reducir de 10 mil millones de dólares el fondo del Servicio de Impuestos Internos (IRS) presupuestado para impulsar la aplicación de los impuestos y modernizar su tecnología en una década. El Congreso había proporcionado 80 mil millones de dólares a esos planes el año pasado.
Recuperar 29 mil millones de dólares que no se gastaron para la lucha contra la pandemia del Covid-19.
Endurecer los requisitos de trabajo para la ayuda federal, una demanda clave del Partido Republicano, mediante el aumento de la edad al rango de 18 y 54 años de las personas adultas sanas y de bajos ingresos sin dependientes, que trabajan para recibir ayuda alimentaria con el Programa de Asistencia Nutricional (SNAP) por no más de tres meses en un período de tres años, a menos que estén trabajando o inscritos en un programa de trabajo. Actualmente, la edad máxima es de 49 años.
Flexibilizar los requisitos laborales para los veteranos y las personas sin hogar, y no impone ninguno para Medicaid.
Modificar la fórmula utilizada por los estados para calcular la asistencia en efectivo para los hogares de bajos ingresos en el marco del programa de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas.
Acelerar el proceso de aprobación de proyectos de energía, que a veces se prolonga durante varios años, mediante el establecimiento de una sola agencia federal que se haga cargo de la revisión ambiental de un proyecto, con la responsabilidad del cronograma de la revisión.
El acuerdo tiene que ser aprobado por las dos cámaras del Congreso. En la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen una mayoría estrecha, pero algunos de los conservadores del partido se opusieron al proyecto. Algunos republicanos de la Cámara han pedido recortes de gastos aún más profundos de los que se cree que incluye el acuerdo, mientras que los demócratas progresistas se han opuesto a la decisión de Biden de negociar con los republicanos
No es probable que el acuerdo propuesto altere sustancialmente la trayectoria fiscal a largo plazo de la nación, ya que ambas partes se retiraron de sus posiciones iniciales, con los republicanos exigiendo una vez fuertes recortes de gastos y los demócratas proponiendo aumentos de impuestos para abordar el déficit.
Se necesitarán 60 votos para despejar el Senado, donde los demócratas tienen una mayoría de 51 a 49. La deuda del gobierno de Estados Unidos es fundamental para el sistema financiero mundial, y es considerada como un activo refugio por los inversionistas financieros que la publican como garantía de otros préstamos.+
Las luces iluminan el capitolio después de que el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, de California, anunciara que él y el presidente Joe Biden y McCarthy habían llegado a un «acuerdo de principio» para resolver la inminente crisis de la deuda en el Capitolio en Washington, DC el 27 de mayo de 2023. Patrick Semansky—AP
Enero de 1835 fue la primera y única vez que se pagó toda la deuda con intereses del gobierno, según el Departamento del Tesoro. El presidente Andrew Jackson, que sospechaba de los bancos y no confiaba en el papel moneda que emitían, liquidó el Second Bank of the United States, devolviendo la inversión original del gobierno más una ganancia. Como resultado, el gobierno tuvo un enorme superávit de dinero, de $17,9 millones, mucho mayor que los gastos reales del gobierno durante el año. El Congreso dividió los excedentes entre los estados, que estaban empantanados por la deuda.
Desde la década de 1950, los dos partidos políticos estadounidenses, republicano y demócrata, se han involucrado en batallas legislativas sobre el techo de la deuda, cada uno usándolo para pintar al otro como financieramente irresponsable, solo para llegar a un acuerdo antes de que los mercados comenzaran a entrar en pánico.
El límite de endeudamiento se instituyó a principios del siglo XX para que el Tesoro no necesitara pedir permiso cada vez que tuviera que emitir deuda para pagar facturas. El límite de deuda se refiere a un tope impuesto por el Congreso en 1917 que establece la cantidad máxima de deuda pendiente en la que puede incurrir EE.UU.
El primer límite de endeudamiento se estableció para otorgar al Tesoro autonomía sobre los préstamos al permitirle emitir deuda hasta el tope sin la aprobación del Congreso, lo que facilitó el financiamiento de los esfuerzos de movilización en la Primera Guerra Mundial.
Estados Unidos comenzó a acumular más deuda a medida que se involucraba en más guerras en el extranjero. Después de entrar en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos elevó el límite de la deuda todos los años para acomodar el aumento de los préstamos.
Según el Bipartisan Policy Center , “Al final de la guerra, en junio de 1946, el límite de la deuda se reduce a $275 mil millones a medida que los costos de la guerra se disipan y el gobierno federal comienza a tener tres años de superávit. El límite de la deuda federal se mantiene sin cambios en este nivel durante ocho años consecutivos, el período más largo desde su creación”.
En las últimas dos décadas, Estados Unidos ha sumado $25 billones en deuda, gastando casi $1 billón más de lo que recibe en impuestos y otros ingresos cada año desde 2001, en gran parte debido al financiamiento de guerras, recortes de impuestos, respuestas de emergencia y la expansión del gasto federal. Para compensar la diferencia, el gobierno tiene que pedir dinero prestado para continuar financiando los pagos que el Congreso ya autorizó.
Desde 1960, el Congreso aumentó, extendió o revisó el límite de la deuda 78 veces distintas, de las cuales 49 fueron bajo presidentes republicanos y 29 bajo presidentes demócratas, según el Departamento del Tesoro. En cada uno de esos casos, el Congreso tomó medidas sobre el límite de la deuda antes de que la nación incumpliera.
La última vez que el gobierno federal tuvo superávit fue en 2001.
En los últimos años, aumentar el tope se ha convertido en un tema cada vez más político, particularmente cuando el poder en Washington está dividido. Dado que el techo de la deuda es uno de los pocos proyectos de ley que deben aprobarse, ambos partidos han tratado de utilizar la votación como una oportunidad para adoptar una posición política y exigir concesiones, culpando al otro lado por su despilfarro.
En 2011, Standard & Poor’s despojó a Estados Unidos de su calificación crediticia triple A por primera vez después de que el Tesoro no pudiera pagar ciertos beneficios a los pocos días.
La lucha más reciente por el techo de la deuda se resolvió en 2021 con un acuerdo entre los demócratas y republicanos del Senado para permitir que los demócratas eleven el techo de la deuda con un voto de mayoría simple , en lugar de los 60 votos que normalmente se requieren para promover la legislación en el Senado. Después de la aprobación por ambas cámaras, el presidente Biden firmó una legislación que eleva el límite de la deuda en $2,5 billones a alrededor de $31,4 billones.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, descartó la idea de acuñar una moneda de platino de $ 1 billón para evitar el incumplimiento, una idea que se ha planteado durante años como una forma de eludir al Congreso.
Otra idea que recibe nueva consideración es la emisión de deuda bajo la Enmienda 14 , que establece que la validez de la deuda de EE. UU. “no será cuestionada”.
Un voto para aumentar el límite de la deuda no autoriza nuevos gastos, pero esencialmente permite que el Tesoro recaude dinero para pagar los gastos que el gobierno ya ha autorizado. Alrededor de un tercio del gasto federal es discrecional, que el Congreso aprueba a través de proyectos de ley de asignaciones anuales. El resto es gasto automático en programas como Medicare, Medicaid y el Seguro Social.
¿Estados Unidos ha incumplido alguna vez antes? Depende de a quien le preguntes. Janet Yellen, la Secretaria del Tesoro, ha dicho que “Estados Unidos siempre ha pagado sus cuentas a tiempo” y que si el Congreso no eleva el techo de la deuda, “Estados Unidos incumpliría por primera vez en la historia”. La Casa Blanca también ha afirmado que Estados Unidos se enfrenta a un incumplimiento de pago por primera vez si el Congreso no puede aumentar el límite de la deuda.
Pero Alex Pollock, un exfuncionario del Departamento del Tesoro, argumentó en un artículo de opinión de 2021 en The Hill que hay cuatro precedentes de incumplimientos de pago de EE. UU.: 1) Durante la Guerra Civil en 1862, cuando EE. UU. imprimió papel moneda después de las reservas de oro de la Unión. y las monedas de plata se agotaron; 2) durante la Gran Depresión de 1933, cuando el gobierno se negó a pagar a los tenedores de bonos con oro, según lo acordado cuando se vendieron los valores; 3) en 1968, cuando EE. UU. no honró los certificados de plata con un intercambio de dólares de plata; y 4) en 1971, cuando el gobierno abandonó el Acuerdo de Bretton Woods, que incluía un compromiso de canjear dólares en poder de gobiernos extranjeros por oro. Sin embargo, según Politifact , estos precedentes no reflejan el tipo de incumplimiento que ocurriría hoy.
El problema actual
Estados Unidos alcanzó su límite técnico de deuda el 19 de enero . El Departamento del Tesoro ahora comenzará a usar » medidas extraordinarias » para continuar pagando las obligaciones del gobierno. Estas medidas son esencialmente herramientas de contabilidad fiscal que frenan ciertas inversiones del gobierno para que las cuentas se sigan pagando. Esas opciones podrían agotarse en junio.
Este año fiscal, el gobierno federal de Estados Unidos gastará alrededor de US$1.5 billones más de lo que recauda en ingresos. Cubre ese déficit con préstamos. Si el Congreso no eleva el tope de la deuda , el gobierno federal no podrá cumplir con todas sus obligaciones de gastos, como los intereses de la deuda existente, los beneficios del seguro social o los salarios militares. Eso representaría un incumplimiento sin precedentes con consecuencias económicas desconocidas y potencialmente graves.
Las disputas prolongadas por el techo de la deuda podrían llevar a la economía estadounidense a la recesión, mientras que el incumplimiento de sus obligaciones por parte del gobierno federal podría desencadenar una grave crisis financiera.
En el peor de los casos, la falta de pago a los tenedores de deuda del gobierno federal, un eje del sistema financiero mundial, podría desencadenar una recesión severa y hacer que los precios de las acciones caigan en picada y los costos de los préstamos se disparen.
Estados Unidos alcanzó su límite de deuda legal de 31,4 billones de dólares el 19 de enero, lo que obligó al Departamento del Tesoro, que pide prestadas enormes sumas de dinero para pagar las cuentas de la nación, a comenzar a utilizar maniobras contables conocidas como medidas extraordinarias para conservar efectivo y evitar sobrepasar el límite.
Estados Unidos puede quedarse sin efectivo para pagar sus obligaciones financieras, lo que podría ocurrir el 1 de junio.
El techo de la deuda es el límite de la deuda, una cantidad de dinero que el gobierno federal tiene autorización a pedir prestado a través de los títulos valores (letras, bonos de capitalización) del Tesoro de Estados Unidos para financiar los déficits presupuestarios. El límite de la deuda se institucionalizó en el inicio del siglo XX.
La deuda del Tesoro a veces se trata como el equivalente de efectivo debido a la garantía de la solvencia del gobierno estadounidense.
El mercado del Tesoro de los Estados Unidos de US$24 billones es la principal fuente de financiamiento para el gobierno federal de Estados Unidos, así como el mercado de deuda más grande del mundo. Más de US$1 millón de deuda del Tesoro vence entre el 31 de mayo y el 1 de junio; además, hay que pagar US$13,600 millones en pagos de intereses vencidos repartidos en 11 fechas.
El gobierno federal paga sus deudas a través de bancos que son miembros de un sistema de pagos federal llamado Fedwire. Estos pagos fluyen a través de las cañerías del mercado y finalmente terminan en las cuentas de los tenedores de deuda, incluidos los ahorradores individuales, los fondos de pensiones, las compañías de seguros y los bancos centrales.
Si el Departamento del Tesoro quiere cambiar la fecha en que paga a los inversionistas, deberá notificar a Fedwire el día antes de la fecha de vencimiento del pago. Un aviso preanunciado de incumplimiento.
Con un pago atrasado, S&P Global Ratings y Fitch Ratings dicen que el gobierno federal puede ser considerado en “incumplimiento selectivo”, pero se espera que mantenga pago de otras deudas y se recortaría la calificación del gobierno federal. Moody’s dice que si el Tesoro deja de pagar un interés, su calificación crediticia se reduciría un escalón, justo por debajo de su calificación máxima actual, y un segundo pago de intereses perdido resultaría en otra rebaja.
El sistema de pago Fedwire cierra a las 4:30 p.m. Si no se realiza un pago a más tardar a esta hora, los mercados comenzarían a desmoronarse.
La primera economía del mundo entraría en mora (default).
Los mercados financieros entrarían en shocks, quiebras, recesión económica, desplome de las acciones, la deuda corporativa y el valor del dólar.
El incumplimiento de una letra, pagaré o bono del gobierno federal no desencadena un incumplimiento en toda la deuda del gobierno, lo que se conoce como «incumplimiento cruzado», según la Asociación de la Industria de Valores y Mercados Financieros, un grupo de la industria. Esto significa que la mayoría de la deuda del gobierno se mantendría al día
La volatilidad podría ser extrema, en Estados Unidos y el resto del mundo
Es probable que una gran cantidad de emisores vinculados al gobierno también sufran rebajas, desde las agencias que sustentan el mercado hipotecario hasta hospitales, contratistas gubernamentales, ferrocarriles, empresas de servicios públicos de energía y de defensa que dependen de fondos gubernamentales. También incluiría gobiernos extranjeros con garantías sobre su propia deuda de los Estados Unidos, como Israel.
Los inversionistas y gobiernos extranjeros poseen $7,6 billones, o el 31 por ciento, de toda la deuda del Tesoro, lo que los hace vitales para las condiciones financieras favorables que el gobierno federal ha disfrutado durante mucho tiempo. Pero después de un incumplimiento, el riesgo percibido de tener deuda del Tesoro podría aumentar, lo que haría más costoso para el gobierno pedir prestado en el futuro previsible. El papel central del dólar en el comercio mundial también puede verse socavado.
Un breve incumplimiento de la deuda daría lugar a la pérdida de medio millón de puestos de trabajo y una recesión superficial, según las previsiones de la Casa Blanca. Un incumplimiento prolongado empujaría esos números a ocho millones de empleos perdidos devastadores y una recesión severa, con la economía contrayéndose en más del 6 por ciento.
El presidente Biden ha insistido en que los republicanos aumenten el límite de endeudamiento, argumentando que simplemente permite que Estados Unidos pague las facturas que el Congreso ya aprobó.
La perspectiva fiscal a largo plazo de la nación continúa siendo problemática y solo podría endurecer la posición republicana de que el gobierno debe controlar el gasto. En un informe separado publicado el viernes, la Oficina de Presupuesto del Congreso dijo que proyectó un déficit presupuestario federal de $1.5 billones este año, un poco más alto que su pronóstico en febrero. Se proyecta que los déficits anuales casi se dupliquen durante la próxima década, totalizando más de $20 billones hasta 2033.
¿Tienen otros países un techo de endeudamiento? Solo hay dos países que mantienen un techo de deuda: Estados Unidos y Dinamarca. Pero el techo de la deuda en Dinamarca no amenaza regularmente con una perturbación económica, ya que se establece mucho más alto que el gasto del país. En 2021, la deuda de Dinamarca rondaba el 14 % de su techo. Solo una vez Dinamarca se acercó a su límite, en 2010 después de la crisis financiera de 2008, y el parlamento de la nación rápidamente decidió elevarlo.
Otros países han tenido temporalmente un techo de deuda. Australia introdujo uno en 2007 en medio de un gran déficit presupuestario, aunque fue derogado seis años después.
El estancamiento del techo de la deuda podría iniciar una recesión, pero el incumplimiento sería peor
Los economistas evalúan el daño que podría ocurrir en tres escenarios que van desde un acuerdo de última hora hasta un largo callejón sin salida
Escenario 1: Oferta de última hora
La economía ya se está desacelerando debido al aumento de las tasas de interés, y muchos pronosticadores esperan una recesión este año. Mientras los legisladores regatean, la incertidumbre podría hacer que los consumidores, los inversores y las empresas retrocedan, aumentando las posibilidades de una recesión, dijo Joel Prakken , economista jefe para EE. UU. de S&P Global Market Intelligence.
No es probable que los trabajadores pierdan sus empleos, pero la imprevisibilidad de las perspectivas económicas podría hacer que pospongan las compras.
Los precios de las acciones podrían comenzar a disminuir a medida que se acerca el 1 de junio. En 2011, cuando el Congreso elevó el techo de la deuda solo unas horas antes de la fecha límite, las acciones cayeron y tardaron meses en recuperarse, dijo Prakken. Como consecuencia, se rebajó la calificación crediticia de la nación .
“Incluso si logramos un acuerdo antes de que nos quedemos sin recursos, aún podría haber un efecto heredado de la incertidumbre que frena el crecimiento económico”, dijo Prakken.
S&P Global Market Intelligence proyectó en marzo que las turbulencias financieras similares a las de 2011 podrían desacelerar el crecimiento del producto interno bruto de Estados Unidos al 0,1 % en el cuarto trimestre de este año con respecto al año anterior, frente a una ganancia estimada del 0,6 % en otros casos.
Escenario 2: trato después de la fecha límite
Si las negociaciones se extienden más allá del jueves 1 de junio, los economistas esperan una reacción más severa de los mercados financieros, ya que la posibilidad de incumplimiento parece más real.
“El impacto tendería a acelerarse con bastante rapidez” el 1 de junio, dijo Gregory Daco , economista jefe de Ernst & Young.
Si las cuentas de jubilación e inversión de los consumidores se reducen repentinamente, podrían reducir drásticamente sus gastos, el alma de la economía estadounidense. Las empresas podrían pausar los planes de contratación e inversión.
Hay una ventana posible entre el 1 de junio y cualquier pago atrasado. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, escribió que la fecha real en que el Tesoro agota su efectivo podría ser días o semanas más tarde de lo estimado. El Bipartisan Policy Center proyecta que el Tesoro gastará $622,500 millones en junio mientras recibe $495,000 millones en ingresos fiscales. El momento exacto de esas entradas y salidas afecta las reservas de efectivo.
Ingresos y gastos generales proyectados por Tesorería, del 1 al 30 de junio
INGRESOS
Ingresos fiscales
$ 495 mil millones
GASTOS
Seguro médico del estado $ 126 mil millones
Seguridad Social 101
Seguro de enfermedad 52
Departamento de Defensa 33
HHS 27
Beneficios de los veteranos
Departamento de Educación
Salarios federales
Departamento de Transporte
Intereses de la deuda pública
Salarios militares
Departamento de Ag.
Jubilación militar
SNAP
SSI
Seguro de empleados federales
Departamento de Asuntos de los Veteranos
Devolución de impuestos individuales del IR
Otros gastos 114
Fuente: Centro de Política Bipartidista
Otra posibilidad es que por un corto tiempo, el gobierno le dé prioridad al pago de la deuda sobre otras, como las prestaciones del Seguro Social. Los economistas de UBS dicen que eso tendría un impacto económico notable, pero menos severo, que el incumplimiento de la deuda.
Estiman que, en ese escenario, el producto interno bruto (PIB) se contraería a una tasa anual del 2% en el tercer trimestre y se contraería aún más en el cuarto trimestre. Los empleadores eliminarían 250.000 puestos de trabajo en la segunda mitad del año.
El lado positivo de una recesión económica: es probable que la inflación baje, como quiere la Reserva Federal. El banco central también podría recortar las tasas de interés para ayudar a compensar parte de la debilidad económica.
Escenario 3: Sin trato
Si no se llega a un acuerdo y el gobierno no puede pagar todas sus facturas durante días o semanas, las repercusiones serían enormes.
“Habría caos en el sistema financiero mundial porque los bonos del Tesoro son muy importantes”, dijo Wendy Edelberg , economista de Brookings Institution. “¿Qué sucede cuando esa cosa con la que todos se están comparando demuestra ser una de las cosas más riesgosas que existen?”
Daco de Ernst & Young dijo que un incumplimiento desencadenaría una recesión más severa que la recesión de 2007-09 .
El valor de los bonos del Tesoro caería, ya que los inversores venderían y posiblemente reducirían permanentemente sus participaciones. La falta de pagos interrumpiría los flujos globales multimillonarios de préstamos en dólares a corto plazo, que son fundamentales para la forma en que los bancos y las empresas financian las operaciones.
Los fondos de inversión, las empresas y los bancos tienen bonos del Tesoro. Su valor decreciente golpearía los balances. Las corridas bancarias recientes fueron provocadas por la caída de los valores de la deuda del Tesoro, y las caídas podrían ser mucho más pronunciadas en caso de incumplimiento.
Los analistas también dicen que muchos inversores huirían de los activos de riesgo de todo tipo. El mercado de valores se desplomaría un 45% en los meses siguientes y el desempleo se dispararía en 5 puntos porcentuales, según un informe de la Casa Blanca. UBS dijo que un estancamiento de un mes haría que la economía se contrajera durante cuatro trimestres consecutivos.
Los rendimientos del Tesoro influyen en las tasas de interés en toda la economía, por lo que los consumidores podrían ver cómo aumentan las tasas de deuda de tarjetas de crédito, hipotecas y préstamos para automóviles.
A diferencia de la recesión de Covid-19 de 2020, cuando la economía eliminó más de 20 millones de empleos pero el gobierno inyectó billones de dólares en estímulos, Washington no podría ofrecer apoyo, según el informe de la Casa Blanca .
21 de mayo de 2023
Fuentes: The New York Times, The Wall Street Journal, Financial Times, The Economist, Time.
COPADES tiene el gusto de invitarle a participar en el Seminario de Actualización Empresarial “El Índice de Riesgo Social en Nicaragua”, fundamentado en los Objetivos de la Cumbre del Milenio y de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en las estadísticas de variables socioeconómicas oficiales disponibles y de Organismos Internacionales Multilaterales.
En el Seminario de Actualización Empresarial “El Índice de Riesgo Social de Nicaragua en 2022-2023”, que llevaremos a cabo por videoconferencia el jueves 25 de mayo del año en curso, fundamentaremos su trayectoria y análisis socioeconómico desde 1991 con información oficial y estimaciones preliminares de COPADES correspondientes al período 1991-2023, acompañado de un conjunto de variables demográficas del país.
Cada categoría de riesgo, equivalente a cada uno de los objetivos de la Cumbre del Milenio, que también están contenidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, fueron presentados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000 y 2015 respectivamente.
Las categorías u objetivos de riesgo son los siguientes: Erradicar la extrema pobreza y el hambre, Alcanzar la educación primaria universal, La promoción de la igualdad de género, Reducir la mortalidad infantil, Mejoría de la salud materna, El combate al VIH/SIDA, malaria y otras enfermedades, Asegurar la sostenibilidad ambiental y Desarrollar una sociedad global para el desarrollo.
Esperando contar con su participación, y que este seminario sea de su máximo provecho, le saludamos cordialmente.
La tasa de inflación anualizada del Índice Precios al Consumidor General (IPCG) desaceleró en abril 0.85 puntos porcentuales con respecto a marzo recién pasado al registrar el nivel de 9.53%, su nivel más bajo en los últimos doce meses, y abandonó el rango de dos dígitos porcentuales que mantuvo durante once meses consecutivos con un máximo de 12.16% en octubre de 2022, pero continúa siendo persistentemente alta al encontrarse por encima del rango de [4.0%, 4.5%], que sería el objetivo inflacionario de la política monetaria del país, o sea, la tasa de inflación “natural” de la economía nicaragüense.
Dos divisiones de bienes y una división de servicios muestran las más altas tasas de inflación general interanual en abril de este año: Bebidas alcohólicas y tabaco, 20.74%; Hoteles y restaurantes, 16.68%; y Alimentos y bebidas no alcohólicas, 12.74%.
La inflación general mensual de abril fue igual a 0.44% y los productos que más incidieron en dicho comportamiento fueron pollo en piezas, con 4.48%; naranja, con 16.18%; y queso, con 2.16%. Por su parte, la inflación acumulada en el período enero-abril fue del orden de 2.13%, que es inferior a la inflación acumulada en el primer trimestre de 2022, igual a 2.80%.
Podemos concluir, como lo he manifestado en artículos anteriores, que a esta fecha el principal problema económico de Nicaragua continúa siendo la alta presión inflacionaria, no obstante su desaceleración desde enero del año en curso es una implicancia del “efecto base” alto y creciente observado mensualmente a lo largo del año de 2022.
Al excluir de la canasta del IPCG a los combustibles y los alimentos porque sus precios son muy volátiles, la tasa de inflación anualizada del Índice de Precios al Consumidor Subyacente (IPCS) en abril de 2023 desaceleró 0.49 puntos porcentuales en relación con el IPCS de abril de 2022 al mostrar el nivel muy alto de 8.61%, con un máximo de 9.99% en octubre de 2022.
Otra conclusión es que los precios al consumidor continúan aumentando a un menor ritmo; sin embargo, no podría afirmarse que el peligro inflacionario ya pasó, porque la inflación subyacente aún se desplaza con un ritmo sólido y permanecen latentes los riesgos del conflicto geopolítico-militar entre Rusia y Ucrania y del incumplimiento del pago de la deuda pública de Estados Unidos. Ahora bien, si los precios siguen subiendo con menor celeridad con cada mes que pasa, la preocupación inflacionaria podría disiparse. Como solemos decir los economistas, la mejor inflación es la que no se siente.
Pero en Nicaragua se siente, porque el mercado laboral permanece debilitado por su elevada tasa de inactividad económica y por el deterioro del poder adquisitivo del salario medio del sector formal de la economía, mientras que la producción del país muestra un desempeño importante y estable, lo cual resulta contradictorio con los resultados que se esperarían de una política monetaria enfrascada en combatir la alta inflación.
El número de personas ocupadas más el número de personas que se encuentran desocupadas en forma abierta, o sea, que no trabajan, indica el tamaño de la población económicamente activa (PEA), pero el tamaño de la PEA no se conoce porque no es publicado por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE). Esto impide elaborar una mejor descripción de la situación del mercado laboral del país. Tampoco se conoce el tamaño de la población en edad de trabajar (PET).
De acuerdo con la teoría monetaria, las alzas de la tasa de referencia monetaria (TRM) del Banco Central de Nicaragua (BCN), que es la tasa de interés de para señalar el costo en córdobas sin mantenimiento de valor de las operaciones monetarias de liquidez a 1 día plazo, persiguen el objetivo de la desaceleración del crecimiento de la economía para aplacar la elevada tasa de inflación de los precios al consumidor. En otras palabras, al encarecerse los préstamos para el consumo y la inversión en el sistema financiero nacional con el impacto del aumento de la TRM, la demanda interna de bienes y servicios cae, la tasa de crecimiento económico disminuye y las tasas de desempleo abierto, de subempleo y de inactividad económica suben.
Después de 6 aumentos de la TRM, desde 3.5% en marzo de 2022 hasta 7.0% en diciembre de ese mismo año, manteniéndose congelada en ese nivel hasta mayo de 2023, el mercado laboral ha resistido la tasa de inflación anualizada del Índice de Precios al Consumidor General (IPCG) al haber permanecido con dos dígitos porcentuales a lo largo de 11 meses consecutivos en el rango de [10.37%, 12.16%], o sea, entre mayo de 2022 y marzo de 2023, después de haberse acelerado desde 4.98% en agosto de 2021 hasta 9.95% en abril de 2022. Se puede inferir que las alzas de la TRM no se han filtrado totalmente en la economía nicaragüense.
La tasa de desempleo abierto en marzo recién pasado de 3.2% de la PEA igualó a la registrada en febrero de este año y fue casi igual a su lectura de agosto de 2022. También está por debajo de la tasa de desempleo abierto en la situación de pleno empleo, la cual estimo en 5% de la PEA.
Por su parte, según la encuesta del Ministerio del Trabajo (MITRAB), el poder adquisitivo del salario promedio mensual del sector formal de la economía en febrero de 2023 se deterioró 7.6% interanual y su cobertura sobre el costo de la canasta de 53 productos de consumo básico se redujo hasta 59.6%, tras haber observado un máximo de 82.0% en septiembre de 2017.
La tasa neta de ocupación, que incluye a personas de 14 años y más ocupada como un porcentaje de la PEA, que laboraron al menos 1 hora de acuerdo con la resolución de la Organización Internacional del Trabajo de la 13ª CIET, fue igual a 96.8% en febrero y se mantuvo con respecto a enero de este año y está muy cercana a un máximo de 96.9% registrada en agosto de 2022.
Sin embargo, la tasa de inactividad económica, que es el porcentaje de las personas de 14 años y más que están en el desempleo abierto y que no buscan trabajo, fue igual a 32.5%, una décima porcentual menor que la de febrero de 2023 y que la de un máximo observado en enero de 2022.
Siempre he opinado que el mercado laboral de Nicaragua ha estado “frío” desde junio de 2018, con el desplome que se ha observado en el salario real del sector formal de la economía, y con la caída libre del saldo de crédito bancario al sector privado del país como un porcentaje del PIB desde 2018. No obstante no está a la vista la recesión económica ni la contracción del mercado laboral en Nicaragua en este año.
El deterioro del poder compra de los salarios, excepto el salario mínimo que desde 2021 está siendo ajustado sólo con la tasa de inflación del IPCG del año anterior, y la alta tasa de inactividad económica están contrayendo el gasto de consumo de los hogares, el cual ha sido compensado con el creciente flujo de remesas que aumentó de US$2,146.9 millones en 2021 a US$3,224.9 millones en 2022, debido principalmente a la emigración de 87,567 personas en 2021 (aproximadamente 2.8% de la PEA) a 217,088 personas en 2022 (aproximadamente 6.8% de la PEA) que cruzaron la frontera con Estados Unidos, según U.S. Border Patrol (USBP). En enero de 2023, se inició el Parole Humanitario y cerraron las fronteras a los emigrantes.
Finalmente, la economía de Nicaragua tuvo una tasa de crecimiento desacelerada de 3.8% en 2022 debido al “efecto de base” alto de 10.3% registrado en 2021 y a la caída de 4.2% del gasto de inversión fija. Es bastante probable que en 2023 continúe desacelerando, al preverse que el crecimiento económico podrá aumentar con una tasa levemente superior a 3.2% que es el ritmo de crecimiento del PIB real potencial del país.
Por otro lado, la variación interanual del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) promedio anual ha desacelerado continuamente hasta 3.6% entre febrero de 2022, mes en que mostró un “efecto de base” alto del orden de 10.8%, y febrero de 2023.
En conclusión, el desempeño económico del país desaceleró por el “efecto de base” alto y la caída de la inversión en construcción pública y privada en 2022, mientras que el mercado laboral resiste la alta inflación, la baja tasa de desempleo abierto que es inferior a la del pleno empleo y la pérdida de poder adquisitivo del salario real del sector formal de la economía.
A partir de la situación actual de la economía de Nicaragua, en 2023 se prevé que la tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) real continuará desacelerando para situarse muy cercana a la tasa de aumento del PIB potencial del país, mientras que la tasa de inflación de precios al consumidor general (IPCG) y la tasa de inflación subyacente (IPCS) continuarán desacelerando en una trayectoria inestable.
La fuerte presión inflacionaria en Nicaragua surgió en marzo de 2019 con la reforma tributaria. Después, en marzo de 2020, arribó al país la pandemia mundial de Covid-19 y la inflación cayó desde abril de 2020 cuando la gente se quedó en casa, pero se aceleró en agosto de 2021 con los cuellos de botella provocados la pandemia. Luego, a partir de marzo de 2022 la inflación se ha recrudecido con el conflicto geopolítico-militar entre Rusia y Ucrania.
La inflación ha sido persistentemente alta con dos dígitos desde hace once meses hasta marzo del año en curso, y es lógico que en este año desacelere por el “efecto de base” alto de la inflación observado en diciembre del año pasado. Es decir, los datos de inflación de 2023 se están midiendo sobre cifras elevadas por el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que hace que los nuevos datos perecieran bastante bajos.
Sin embargo, la inflación se ha acelerado a pesar de que los precios internacionales de los alimentos y de los combustibles han disminuido desde el cuarto trimestre de 2022. La trayectoria de la tasa de inflación general de Nicaragua es accidentada y desde abril de 2021 se encuentra en un rango máximo de dos dígitos porcentuales, que es muy difícil de bajar debido a que muy probablemente se ha transformado en una inflación de “base amplia” por el desanclaje de las expectativas inflacionarias de los consumidores y los productores.
Por otro lado, el mercado laboral se encuentra bastante “caliente”, porque la tasa de desempleo abierto estará por debajo de la tasa de desempleo en una situación de “pleno empleo”, pero la tasa de inactividad económica nos presenta un mercado laboral muy “frío” porque más de un tercio de la población en edad de trabajar está en desempleo abierto y no busca trabajo.
Por su parte, el deterioro continuo del poder adquisitivo del salario promedio mensual del sector formal de la economía nos muestra que el mercado laboral esta “demasiado frío” por su continuo deterioro desde junio de 2018, una mala noticia para los trabajadores debido al aumento del costo de vida al haberse reducido la cobertura de dicho salario sobre el costo de la canasta de consumo básico desde noviembre 2018. Pero deberíamos preocuparnos si las empresas comenzaran a incrementar los salarios, que también aumentarían los precios de los productos y haría más difícil el control y la reducción de la inflación.
En ese escenario macroeconómico, que también está condicionado por la desaceleración del crecimiento económico de Estados Unidos en este año, podemos preguntarnos cómo se encontrarán los consumidores y las empresas. Cabe recordar que siempre reiteramos que el crecimiento económico de Nicaragua se logrará a través de la vía de la inversión.
En 2023, el gasto de consumo de los hogares tiende a desacelerarse, no obstante el aumento moderado de las remesas familiares que financian aproximadamente un tercio de dicho gasto, en un momento en que la inversión fija (construcción y maquinaria y equipo) del sector privado intenta superar la caída del gasto de construcción observada en 2022.
En cuanto al gasto del sector público, se reafirma la contribución de la política fiscal al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica del país, al congelarse el consumo público y al ampliarse el espacio fiscal para la inversión pública al restablecerse su nivel de ejecución anual observado antes de su fuerte caída del año pasado. El presupuesto nacional registrará un superávit fiscal por segundo año consecutivo y cabe señalar que Nicaragua también está cumpliendo la condicionalidad de que el sector público no está severamente endeudado en términos de producción con sus acreedores externos.
Por otro lado, la política monetaria continuará manteniendo su carácter contractivo para garantizar el aumento de las reservas internacionales administradas por la banca central y asegurar la estabilidad del tipo de cambio, mientras que la política financiera continuará manteniendo una oferta de crédito ya ajustada desde 2021.
En relación con la demanda externa, la desaceleración de la economía mundial y la de Estados Unidos, principal socio comercial del país, provocaría el estancamiento del volumen de las exportaciones de bienes y servicios del país. En otras palabras, el impulsor del crecimiento del PIB Real de este año sería la demanda interna (consumo e inversión).
También esperamos que el PIB Real de este año crezca por tercer año consecutivo y, debido a la gran apertura comercial del país con el resto del mundo, también esperamos que el volumen de las importaciones de bienes y servicios aumenten con un ritmo superior al del PIB Real.
En otras palabras, la economía nicaragüense no se enfriará más de lo que ya está en el transcurso de este año, aunque la demanda interna de bienes y servicios finales continuará siendo menor que la producción interna. A esto debemos agregar la incertidumbre de que la economía estadounidense caiga en recesión económica en el cuarto trimestre del año en curso, lo cual afectaría el desempeño económico del país en 2024. También debemos estar atentos al riesgo de una quiebra de bancos medianos de Estados Unidos (a esta fecha, ya han quebrado Silicon Valley Bank y First Republic Bank), que provocaría al endurecimiento de las condiciones crediticias para los hogares y las empresas.
Es un medio de intercambio, que hace innecesario que exista “una doble coincidencia de deseos en los intercambios” como en el trueque.
Es un depósito de valor, porque es un activo que mantiene su valor razonablemente estable con el paso del tiempo, sin mucho riesgo de que pierda su valor adquisitivo.
Es una unidad de cuenta, porque mide los precios y se llevan las cuentas.
Es un patrón de pagos diferidos, porque se utiliza en las transacciones de largo plazo, como los préstamos.
Las dos últimas funciones son desempeñadas habitualmente por el dinero, pero no son funciones que desempeñe necesariamente, y la función de depósito de valor ya es realizada por muchos activos, entre ellos el oro. Por consiguiente, el dinero es todo lo que se acepta generalmente en los intercambios, porque se cree que más tarde será aceptado por otros.
El dólar domina todas esas funciones en las transacciones internacionales, como medio de intercambio entre monedas, apertura de cuentas en dólares, adquisición de títulos valores emitidos y redimidos en dólares, compras de bienes intemedios y finales en dólares, y formación de precios en dólares. Se puede concluir que todas esas transaciones, directa e indrectas, hacen que los mercados dominados por el dólar sean más grandes, y esto refuerza la posición del dólar como la primera moneda mundial.
En un mundo inmerso aún en dos crisis no económicas desde 2020, tales como la pandemia del Covid-19 y el conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania, ha surgido la pregunta, que no es nueva, de que si es cierto que el dólar estadounidense ha comenzado a perder su dominio internacional, ahora reforzada por las noticias económicas internacionales de que China intenta de que el comercio de petróleo sea en yuanes, que Brasil y Argentina buscan crear una moneda común, que Brasil y China acordaron utilizar monedas nacionales en sus intercambios comerciales y que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, insta a los países BRICS a encontrar una alternativa que reemplace al dólar en el comercio exterior.
¿Está en riesgo el dominio del dólar de Estados Unidos en los mercados internacionales de bienes y servicios, financieros y no financieros? Antes de contestar esa pregunta, veamos primero ciertos indicadores económicos internacionales recientes.
En términos nominales valorados en millones de dólares, en 2022 el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos representó el 25.4% del PIB del Mundo, el 58.2% del PIB de las economías más avanzadas, el 44.2% del PIB de las economías avanzadas, 1.5 veces el PIB de la Eurozona, 1.4 veces el PIB de China, 6.0 veces el PIB de Japón y 8.3 veces el PIB del Reino Unido. Producto es igual a Ingreso y que el dólar sea dominante frente a las monedas de otros países equivale a decir que el dinero es dominante frente a otros activos.
Por otro lado, los bancos centrales de economías avanzadas han diversificado la tenencia de divisas en monedas que no provocan fricciones contra el dólar. Se estima que en 2021 el 60% de las reservas internacionales se hicieron en dólares, el 20% en euro, el 6% en yen, el 5% en libras esterlinas y el 9% en otras monedas. Con esa estructura de la composición de las reservas internacionales en los bancos centrales del mundo, el dominio del dólar parece que no es un tema importante.
Esos indicadores ayudan a demostrar que el dólar no se encuentra en riesgos de perder su dominio en el mercado internacional para que se realicen transacciones reales (producción y comercio de bienes y servicios) y financieras (compra-venta de títulos valores, apertura de cuentas bancarias, entre otras). La facilidad y rapidez en que se realizan las transacciones en dólares también es un factor determinante. Además, el mercado de capitales de Estados Unidos es muy grande y no tiene controles de capital.
Esos indicadores también demuestran que ni el yuan, ni el yen, ni el euro, ni la libra esterlina que ya fue una moneda dominante en el mercado internacional, puedan sustituir al dólar en el corto y largo plazo visible, incluso con el deterioro que le provoca la fuerte presión inflacionaria mundial observada desde el segundo semestre de 2021.
En conclusión, el dominio del dólar frente a otras monedas no está en riesgo.
De acuerdo con datos publicados recientemente por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), la tasa de inflación interanual del Índice de Precios al Consumidor General (IPCG) desaceleró 0.72 puntos porcentuales en marzo con respecto a febrero hasta 10.39%, pero se mantiene estacionada en el rango de [10.37%, 12.16%] durante 11 meses consecutivos. La desaceleración de la tasa de inflación anualizada se puede atribuir principalmente a las divisiones de bienes y servicios, en orden de importancia, de Transporte, Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, y Comunicaciones. La inflación general interanual en marzo, 10.39%, fue más lenta que en febrero, 11.10%.
Por otro lado, al excluir los precios de los combustibles y de los alimentos de la canasta de bienes y servicios del IPCG, la tasa de inflación anualizada del Índice de Precios al Consumidor Subyacente (IPCS) también desaceleró 0.26 puntos porcentuales en marzo con respecto a febrero de este año hasta 9.10%, pero se mantiene sobre la barrera del 9% y permanece estacionada en el rango de [9.10%, 9.99%] durante 8 meses consecutivos. La inflación subyacente interanual en marzo, 9.10%, también fue más lenta que en febrero, 9.36%, pero fue impulsada por Bebidas Alcohólicas y tabaco, y Restaurante y hoteles
Las mayores tasas de crecimiento interanuales de los precios al consumidor en marzo del año en curso correspondieron a Bebidas alcohólicas y tabaco, 19.10%; Restaurantes y hoteles, 17.08%; Alimentos y bebidas no alcohólicas, 13.91%; y Transporte, 9.97%. Es bastante probable que los precios de las materias primas, alimentos y combustibles, se aceleren de nuevo en este año por el conflicto geopolítico-militar en Europa o por los inesperados recortes de la extracción de petróleo anunciado por la Organización de la Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados (OPEP+) el 2 de abril de este año .
El Banco Central de Nicaragua (BCN) comenzó a elevar la tasa de referencia monetaria desde hace 12 meses, a partir de 3.5% en marzo de 2022 hasta 7.0% en marzo de 2023, pero la ha mantenido congelada en ese nivel entre diciembre de 2022 y marzo de 2023. Se puede prever que el BCN mantendrá alta la tasa de interés monetaria debido a la fuerte presión inflacionaria, lo que podría provocar una mayor duración de la desaceleración económica -el IMAE promedio anual de enero de este año creció con una tasa anualizada de 3.5%-, pero no se prevé una recesión económica en Nicaragua en el corto plazo, excepto si se da el riesgo latente de un aterrizaje “forzoso” en los países de economía avanzada, entre ellas Estados Unidos, principal socio comercial de Nicaragua, que causaría la reducción de la inflación, un aumento del desempleo, un mayor endurecimiento de las condiciones crediticias y una recesión económica, ahora con una mayor probabilidad porque se impulsó la agitación bancaria en Estados Unidos y la Unión Europea.
La presión inflacionaria en el mercado local es persistente, acelerada y alta desde abril de 2021, no obstante entre 2019 y 2022 la política monetaria y la política fiscal han sido, y continuarán siendo, contractivas. El principal deseo económico actual es que la trayectoria inflacionaria en el resto del año de 2023 sea descendente.
Además, cabe reiterar que los datos oficiales indican que el crédito de la banca comercial al sector privado se ha desplomado desde 40.3% del producto interno bruto (PIB) en 2017 hasta 27.3% del PIB en 2022, y el salario promedio mensual del sector formal de la economía no ha impulsado la inflación porque su poder adquisitivo se ha erosionado 22.5% desde junio de 2018 hasta enero de 2023.
En otras palabras, no se observa un excesiva demanda interna de bienes y servicios del sector privado que persigue a un escaso PIB y que presione al alza de los precios al consumidor en los últimos cuatro años. Los riesgos económico y financieros de Nicaragua han sido bajos, porque el choque inflacionario se ha dado por el lado de la oferta y no por el lado de la demanda, pero se ha transformado en una alta inflación de “base amplia” porque la inflación “importada” se ha incrustado en las estructuras de costos de la actividades económicas del país y ahora es bastante difícil erradicarla.
En ese escenario inflacionario fatigoso, la economía de Nicaragua muestra un perfil resistente. La tasa de crecimiento anualizada del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) promedio anual en enero de 2023, como se mencionó anteriormente, fue igual a 3.5%, porque se encuentra en una fase de desaceleración debido a su “efecto base” alto de 10.8% registrado en febrero de 2022.
El mercado laboral está mejor en febrero de 2023 que en abril de 2021, cuando se reabrieron las actividades económicas después del cierre provocado la pandemia del Covid-19. Entre ambas fechas mencionadas, la tasa de desempleo abierto cayó de 5.8% a 3.2% de la población económicamente activa, que incluye a personas de 14 años y más que laboraron al menos una hora diaria; la tasa de subempleo se redujo de 46.4% a 36.3% de la población ocupada; y la tasa de inactividad económica disminuyó de 33.4% a 32.6% de la población en edad de trabajar, que no tiene trabajo ni lo busca.
Sin embargo, se prevén dos riesgos en el mercado laboral nicaragüense: la disminución de la inversión fija del sector privado (construcción y adquisición de maquinaria y equipo), y la desaceleración de la productividad laboral o de la economía, es decir, el PIB Real por persona ocupada. Es bastante probable que disminuya la tasa de crecimiento de 3.2% del PIB Potencial del país, que es la tasa de crecimiento máxima en la que crece la economía de un país sin impulsar la tasa de inflación, en parte atribuible a la emigración de personas económicamente activas del país y al continuo deterioro del salario promedio mensual del sector formal de la economía observado desde junio de 2018.
El Banco Central de Nicaragua (BCN) redujo la tasa de deslizamiento anual del tipo de cambio oficial reptante de 2% a 1% a partir del 1 de febrero de 2023, lo que “ayudará a a compensar en nuestra economía los efectos de la inflación internacional y reforzar la previsibilidad del tipo de cambio nominal, fortaleciendo así la estabilidad de la moneda nacional”.
El tipo de cambio reptante se estableció en Nicaragua el 10 de enero de 1993, con una tasa anual de deslizamiento 5%, que se elevó a 12% el 10 de noviembre de 1993.
El proceso de reducción de la tasa anual de deslizamiento del tipo de cambio se inició el 11 de julio de 1999 con 9%, el 1 de noviembre de 1999 con 6%, el 1 de enero de 2004 con 5%, el 1 de noviembre de 2019 con 3%, el 1 de diciembre de 2020 con 2% y el 1 de febrero de 2003 con 1%.
Parece que la economía de Nicaragua se encamina a la adopción de un sistema de banda cambiaría, la cual se había programado establecerla en el país en enero de 2000, pero no fue posible por el alto déficit fiscal.
El Memorándum de Políticas Financieras y Económicas del 19 de agosto de 1999 elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) expresaba que «… el gobierno ha decidido reducir la tasa de deslizamiento cambiario con respecto al dólar e introducir una banda cambiaria. Esto ayudará a mantener la reducción de la inflación y facilitará el primer paso hacia un sistema más flexible de determinación de mercado del tipo de cambio».
Ahora, una pregunta. ¿Cuál es el efecto de la reducción de la tasa de deslizamiento anual de 2% a 1% del tipo de cambio oficial de Nicaragua?
Tomando en cuenta la Matriz de Insumo Producto (MIP) de Nicaragua 2006 elaborada por el BCN, la disminución de 1 punto porcentual de la tasa anual de deslizamiento provocaría:
Por el lado de la demanda: La disminución de 0.53% en los precios de los productos de demanda final (o de consumo e inversión) y otra disminución de 1% en todos los precios de los productos importados. La reducción ponderada de ambos precios es 0.29%, es decir, el índice de precios al productor disminuiría 0.29% debido a la reducción de 1 punto porcentual de la tasa de deslizamiento del tipo de cambio oficial.
Por el lado de la oferta: La disminución de los precios al productor (o del valor agregado bruto) de 0.29% y la disminución del 0.36% del total de impuestos. La reducción ponderada de ambos precios es de 0.29%, o sea, el índice de precios al productor disminuiría 0.29% debido a la reducción de 1 punto porcentual de la tasa de deslizamiento del tipo de cambio oficial.
Pero la tasa de inflación interanual del índice de precios al consumidor general fue igual a 11.1% en febrero del año en curso.
La tasa de inflación general y la tasa de inflación subyacente
Sobre la base de datos del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), hasta febrero de 2023 y en términos interanuales, la inflación general se ha estacionado en un alto nivel, ubicado sobre la barrera del 10% desde hace 10 meses, debido a su aceleración que se observó a partir de agosto de 2021 y alcanzó el nivel de 11.10% en febrero de 2023.
Por su parte, la inflación subyacente, que excluye los precios muy volátiles de los combustibles y de los alimentos, permanece por arriba del 9% en los últimos 7 meses y registró el nivel de 9.4% en febrero de 2023, pero ahora más impulsada por causas internas, principalmente por servicios más caros, tales como (entre paréntesis, la inflación interanual de cada división de servicios): Transporte (27.6%), Hoteles y restaurantes (22.9%), Recreación y cultura (13.6%) y Educación (10.3%).
La inflación subyacente interanual del país continúa estando alejada de su nivel “natural” de entre 4.0% y 4.5%. La tasa de inflación importada se incrustó en las estructuras de costos de producción de las actividades económicas y se transformó en una tasa de inflación de base amplia.
El salario medio mensual del sector formal
Los salarios no han sido un factor inflacionario en Nicaragua, porque la inflación ha sido mucho mayor que el crecimiento de los salarios. De acuerdo con la encuesta del Ministerio del Trabajo (MITRAB) a 653 empresas radicadas en todas las ciudades cabeceras departamentales y zonas especiales, con 10 y más trabajadores e inscritas a la seguridad social, en 2022 y en términos interanuales el salario nominal promedio mensual del sector formal de diciembre se elevó apenas 1.3%, pero la tasa de inflación fue igual a 11.6%, por lo cual el salario real tuvo un deterioro de 9.2% en ese año.
En términos anualizados, la inflación ha sido mayor que el incremento del salario nominal durante 58 meses consecutivos, es decir, entre junio de 2018 y enero de 2023. Por lo tanto, se puede concluir que el anémico crecimiento del salario promedio mensual del sector formal de la economía no ha seguido el ritmo acelerado de la inflación.
El costo de la canasta de 53 productos de consumo básico
El INIDE informó que el costo de la canasta de consumo básico fue C$19,018.82 en febrero de este año, el cual observó un crecimiento interanual de 13.7% que es mayor que la tasa de inflación del Índice de Precios al Consumidor General (IPCG).
La cobertura del salario promedio mensual del sector formal estimado por el MITRAB se ha reducido desde 80.75% en enero de 2018 hasta 59.16% en febrero de 2023. La reducción de la cobertura salarial ha sido aliviada con el flujo de las remesas familiares que se incrementó hasta US$3,224.9 millones en 2022, un monto que representó en ese año el 83.1% del valor de las exportaciones domésticas de bienes FOB y que es equivalente al 26.4% del gasto anual de consumo de los hogares.
Las tasas de interés a 1 año plazo, activa y pasiva, del sistema bancario comercial
El BCN alzó la tasa de referencia monetaria, que “señaliza el costo en córdobas de las operaciones monetarias de liquidez a 1 día plazo, de 3.5% en marzo de 2022 hasta 7.0% en diciembre de 2022 y la ha mantenido constante en los tres primeros meses de 2023. Esta tasa de interés está relacionada con el córdoba sin mantenimiento de valor.
Por su parte, desde enero de 2021 hasta febrero de 2023 el sistema bancario comercial ha mantenido la tasa de interés activa de corto plazo en el rango de [8%, 10%] y la tasa de interés pasiva de corto plazo en el rango de [4.0%, 5.4%], ambas tasas relacionadas con el córdoba con mantenimiento de valor, y ambas reflejan una notoria volatilidad.
Aparentemente, el costo del dinero a corto plazo en la banca comercial no fue impactado por la duplicación de la tasa de referencia monetaria.
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