La operación “twist” no fue efectiva en 1961

22 09 2011

A principios de la década de los sesenta del siglo pasado, el ritmo musical más popular en Estados Unidos era el twist, cuyo rey fue Chubby Checker. El miércoles de esta semana, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, en otro intento para levantar la alicaída economía estadounidense, anunció la operación “Twist”, que consiste en cambiar activos de corto plazo de la Fed o deuda inferior a tres años por activos de largo plazo o sea de 6 a 30 años para incentivar los préstamos y hacer bajar la tasa de interés de largo plazo, con lo cual logra mantener a la baja la perspectiva de tasas de interés y reitera que la tasa de interés se mantendrá baja hasta mediados de 2013. Junto a este ajuste de su balance, la Fed también presentó un plan para comprar activos de deuda hipotecaria con activos que van madurando.

Con esa operación, entre hoy y junio de 2012 la Fed venderá 400 mil millones de dólares en bonos del Tesoro para comprar un monto igual en papeles de largo plazo, para inducir tanto a las empresas a que construyan nuevas fábricas y contraten más trabajadores como a las familias a que incrementen su gasto de consumo y, con cierta probabilidad, a que adquieran viviendas.

Es muy probable que este nuevo anuncio de la Fed no alcance su objetivo, porque las tasas de interés ya están en su mínimo histórico y no se ha registrado un aumento de la demanda interna, o sea consumo e inversión, en la economía estadounidense. La Operación “Twist”, un modelo de la estrategia que adoptó por primera vez la Fed en 1961, apenas incrementó el Producto Interno Bruto (PIB) Real de Estados Unidos en 0.1%.

La Fed no recurrió a un tercer capítulo del relajamiento cuantitativo (QE3), o sea inyectar una gran liquidez en el mercado con la compra neta de bonos del Tesoro, porque los dos primeros capítulos recientes no han sido efectivos para reanimar a la primera economía del mundo, que no crece lo suficiente desde 2008. Sus indicadores económicos reflejan una gran debilidad del mercado del empleo, con una tasa de desempleo abierto de 9.1% de la población económicamente activa en septiembre de este año; una producción de bienes y servicios que se arrastra, con un crecimiento esperado de 1.5% del PIB Real en 2011; una tasa de inflación interanual de precios al consumidor de 3.76% en agosto del año en curso; el sector de la vivienda permanece deprimido; la pobreza, afectó al 15.1% de la población total en 2010, o sea 46.2 millones de personas viven con menos de 1 mil dólares al mes, la mayor cifra de pobres desde 1959; y cerca de 50 millones de ciudadanos estadounidenses carecen de seguro médico, puesto que los principales apartados de la reforma sanitaria firmada por Obama no entrarán en vigor hasta 2014.

Aunque el martes de esta semana los líderes republicanos del Congreso de Estados Unidos le dijeron a la Fed que se abstuviera de continuar interviniendo en la economía estadounidense porque sus medidas QE1 y QE2 no han facilitado el crecimiento económico ni la reducción del desempleo, Ben Bernanke movió la ficha que nos hizo recordar aquel estribillo musical que dice “Come on baby let’s do the twist, take me by my little hand and go like this” en un momento que los indicadores se deterioran y los instrumentos más efectivos, como la rebaja tradicional de las tasas de interés, ya están al límite de su capacidad: la del bono del Tesoro a 10 años plazo es 1.72% en este día, tan impactante como la tasa de desempleo de 9.1%.


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