Los mismos consejos monetarios del FMI

2 07 2010

Proteger, mejor dicho aumentar, el saldo de las reservas internacionales, con los fines de garantizar la estabilidad del tipo de cambio y una presión inflacionaria baja y estable, es el objetivo de la política monetaria del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Sin embargo, los jóvenes técnicos del FMI se equivocan cuando afirman que el aumento de la cobertura de las reservas internacionales brutas sobre la base monetaria –que es la emisión de dinero del Banco Central de Nicaragua (BCN) más el encaje efectivo sobre los depósitos en córdobas en el Sistema Financiero Nacional (SFN)- ha fortalecido la credibilidad del tipo de cambio reptante de Nicaragua, que se desliza con un ritmo de 0.41% mensualmente.

La condicionalidad de mantener un saldo de reservas internacionales brutas igual a 2.2 veces el saldo de la base monetaria ha sido mantenida y superada desde el primer año del actual Programa “Servicio de Crédito Ampliado” (SCA) suscrito con el FMI, al registrarse los niveles de 2.1 veces en 2007, 2.2 veces en 2008 y 2.6 veces en 2009.

Cabe recordar que antes de que se estableciera la condicionalidad antes mencionada en el programa económico, el FMI velaba para que se garantizara un saldo de reservas internacionales brutas igual a 3 meses de importaciones de bienes CIF. Este indicador al mes de diciembre fue igual a 3.7 meses en 2007, 3.2 meses en 2008 y 5.5 meses en 2009.

El aumento de la cobertura de las reservas internacionales brutas sobre la base monetaria ha sido posible tanto por un mayor endeudamiento interno emitido por el BCN a través de las subastas de Letras Estandarizadas del BCN, así como por la disposición del Grupo de los 20 (G-20) en su Cumbre de Londres en abril de 2009 de que el FMI entregara un fondo contingente de Derechos Especiales de Giro (DEGs) a cada país socio de este organismo internacional, para que pudiera enfrentar cualquier crisis de indisponibilidad de reservas internacionales en un escenario de recesión económica mundial.

El saldo de la deuda interna de corto plazo emitida por el BCN entre el 31 de diciembre de 2006 y el 31 de diciembre de 2009 ha crecido 122 millones de dólares y en agosto de 2009 el FMI entregaba a Nicaragua un monto de DEGs equivalente a 164 millones, gracias al mandato del G-20, lo cual aunado al incremento de 123 millones de dólares en el saldo de encaje efectivo sobre los depósitos en dólares en el SFN facilitó un aumento de 470 millones en el saldo de las reservas internacionales brutas oficiales del país en el período antes señalado.

Con esos “pies de amigo” cualquier régimen cambiario se mantendría “fortalecido”, pero la pronunciada “esterilización” de dinero ha provocado los costos de desacelerar el tan ansiado crecimiento económico del país -una de las actuales preocupaciones fundamentales del policía financiero internacional- y ha contribuido, con el pago de intereses y el mantenimiento de valor de los títulos emitidos que contraen la base monetaria, a una pérdida total de 134 millones de dólares del BCN en el trienio 2007-2009.

Por supuesto que esa pérdida en el estado de resultados de la autoridad monetaria será pagada con los impuestos de los contribuyentes, ya que no debemos olvidar que la Asamblea Nacional pronto aprobará una nueva ley del BCN que persigue los objetivos de concederle autonomía y capitalizarlo con Bonos del Tesoro.

Finalmente, difiero con los técnicos del FMI en relación con el tema de la actual sobrevaluación del córdoba, o sea con la caída del tipo de cambio real del córdoba que significa una apreciación del tipo de cambio real o una pérdida de competitividad internacional por el aumento de los costos de producción interna de los bienes exportables.

Cabe señalar que la brecha entre el tipo de cambio real de corto plazo y el tipo de cambio real de equilibrio o de largo plazo, cuando el primero es menor que el segundo, mide la sobrevaluación del córdoba, lo cual produce efectos negativos sobre la inversión y el crecimiento económico –dos de las preocupaciones tardías del FMI-. En cambio, si el primero es mayor que el segundo, como es el caso del yuan en China, se observaría un incremento del tipo de cambio real que significa una depreciación del tipo de cambio real, o sea una ganancia de competitividad internacional.

Los técnicos del FMI afirman que el tipo de cambio real del córdoba está sobrevaluado o apreciado en un 6.9% con el método del enfoque del tipo de cambio real, está sobrevaluado en un 8.7% con método del enfoque de sostenibilidad externa, y está subvaluado o depreciado en un 0.3% (!!) con el método del enfoque del balance macroeconómico.

En otras palabras, los miembros de la misión técnica del FMI que analizan el comportamiento de la economía nicaragüense aseveran que el tipo de cambio real de corto plazo está convergiendo a su nivel de equilibrio de largo plazo, por lo cual concluyen que la defensa de la competitividad internacional debería basarse en la contención de las presiones salariales, en este caso el salario mínimo porque los otros ajustes salariales se basan en la capacidad financiera de las empresas, y en la administración de la volatilidad de la ayuda internacional.

Esa es una conclusión aparentemente ingenua, porque el tema de la competitividad internacional de Nicaragua demanda una mejor educación técnica de la población, una activa transferencia de tecnología a la MIPYMEs por parte de las instituciones estatales, una mejor y mayor infraestructura económica, y una apropiada regulación del sistema financiero nacional para disminuir los costos a la economía y a las familias.

Con el método del Índice del Tipo de Cambio Efectivo Real Multilateral determiné que la sobrevaluación del córdoba en 2009 es de 19.1%, muy cercana a los niveles registrados en 2007 y 2008 que fueron de 20.7% y 23.5% respectivamente. Debo reconocer que la política monetaria ha sido más estricta que la política fiscal, pero la política cambiaria está neutralizada por la excesiva dolarización extraoficial de la economía y la presencia de un gran número de mecanismos de indexación de precios con respecto al tipo de cambio, comenzando con la cláusula de mantenimiento de valor en el sistema financiero nacional, lo cual implica que las devaluaciones nominales no se transmiten efectivamente en devaluaciones reales durante la mayor parte del tiempo y  son neutrales en el largo plazo, o sea que no afectan al tipo de cambio real de equilibrio.

Considero que es bastante improbable que el actual tipo de cambio real de corto plazo está convergiendo rápidamente a su nivel de equilibrio, porque el escenario macroeconómico del país se caracteriza por un crecimiento económico anémico de 3.4% promedio anual en el período 1994-2009, las reservas internacionales aumentan con el endeudamiento público externo e interno, las tasas de interés del sistema financiero nacional son elevadas y no competitivas en el mercado centroamericano, el valor de las importaciones de bienes FOB es igual a 2.5 veces el valor de las exportaciones de bienes FOB en 2009 y el flujo recursos externos iguala el 27% del PIB en ese mismo año.


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