Inflación en abril es de un dígito, pero permanece muy alta  

13 05 2023

La tasa de inflación anualizada del Índice Precios al Consumidor General (IPCG) desaceleró en abril 0.85 puntos porcentuales con respecto a marzo recién pasado al registrar el nivel de 9.53%, su nivel más bajo en los últimos doce meses, y abandonó el rango de dos dígitos porcentuales que mantuvo durante once meses consecutivos con un máximo de 12.16% en octubre de 2022, pero continúa siendo persistentemente alta al encontrarse por encima del rango de [4.0%, 4.5%], que sería el objetivo inflacionario de la política monetaria del país, o sea, la tasa de inflación “natural” de la economía nicaragüense.

Dos divisiones de bienes y una división de servicios muestran las más altas tasas de inflación general interanual en abril de este año: Bebidas alcohólicas y tabaco, 20.74%; Hoteles y restaurantes, 16.68%; y Alimentos y bebidas no alcohólicas, 12.74%.   

La inflación general mensual de abril fue igual a 0.44% y los productos que más incidieron en dicho comportamiento fueron pollo en piezas, con 4.48%; naranja, con 16.18%; y queso, con 2.16%. Por su parte, la inflación acumulada en el período enero-abril fue del orden de 2.13%, que es inferior a la inflación acumulada en el primer trimestre de 2022, igual a 2.80%.

Podemos concluir, como lo he manifestado en artículos anteriores, que a esta fecha el principal problema económico de Nicaragua continúa siendo la alta presión inflacionaria, no obstante su desaceleración desde enero del año en curso es una implicancia del “efecto base” alto y creciente observado mensualmente a lo largo del año de 2022.

Al excluir de la canasta del IPCG a los combustibles y los alimentos porque sus precios son muy volátiles, la tasa de inflación anualizada del Índice de Precios al Consumidor Subyacente (IPCS) en abril de 2023 desaceleró 0.49 puntos porcentuales en relación con el IPCS de abril de 2022 al mostrar el nivel muy alto de 8.61%, con un máximo de 9.99% en octubre de 2022.

Otra conclusión es que los precios al consumidor continúan aumentando a un menor ritmo; sin embargo, no podría afirmarse que el peligro inflacionario ya pasó, porque la inflación subyacente aún se desplaza con un ritmo sólido y permanecen latentes los riesgos del conflicto geopolítico-militar entre Rusia y Ucrania y del incumplimiento del pago de la deuda pública de Estados Unidos. Ahora bien, si los precios siguen subiendo con menor celeridad con cada mes que pasa, la preocupación inflacionaria podría disiparse. Como solemos decir los economistas, la mejor inflación es la que no se siente.

Pero en Nicaragua se siente, porque el mercado laboral permanece debilitado por su elevada tasa de inactividad económica y por el deterioro del poder adquisitivo del salario medio del sector formal de la economía, mientras que la producción del país muestra un desempeño importante y estable, lo cual resulta contradictorio con los resultados que se esperarían de una política monetaria enfrascada en combatir la alta inflación.

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