El mercado laboral resiste la alta inflación con mayor empleo y menor salario real

7 05 2023

El número de personas ocupadas más el número de personas que se encuentran desocupadas en forma abierta, o sea, que no trabajan, indica el tamaño de la población económicamente activa (PEA), pero el tamaño de la PEA no se conoce porque no es publicado por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE). Esto impide elaborar una mejor descripción de la situación del mercado laboral del país. Tampoco se conoce el tamaño de la población en edad de trabajar (PET).

De acuerdo con la teoría monetaria, las alzas de la tasa de referencia monetaria (TRM) del Banco Central de Nicaragua (BCN), que es la tasa de interés de para señalar el costo en córdobas sin mantenimiento de valor de las operaciones monetarias de liquidez a 1 día plazo, persiguen el objetivo de la desaceleración del crecimiento de la economía para aplacar la elevada tasa de inflación de los precios al consumidor. En otras palabras, al encarecerse los préstamos para el consumo y la inversión en el sistema financiero nacional con el impacto del aumento de la TRM, la demanda interna de bienes y servicios cae, la tasa de crecimiento económico disminuye y las tasas de desempleo abierto, de subempleo y de inactividad económica suben.

Después de 6 aumentos de la TRM, desde 3.5% en marzo de 2022 hasta 7.0% en diciembre de ese mismo año, manteniéndose congelada en ese nivel hasta mayo de 2023, el mercado laboral ha resistido la tasa de inflación anualizada del Índice de Precios al Consumidor General (IPCG) al haber permanecido con dos dígitos porcentuales a lo largo de 11 meses consecutivos en el rango de [10.37%,  12.16%], o sea, entre mayo de 2022 y marzo de 2023, después de haberse acelerado desde 4.98% en agosto de 2021 hasta 9.95% en abril de 2022. Se puede inferir que las alzas de la TRM no se han filtrado totalmente en la economía nicaragüense.

La tasa de desempleo abierto en marzo recién pasado de 3.2% de la PEA igualó a la registrada en febrero de este año y fue casi igual a su lectura de agosto de 2022. También está por debajo de la tasa de desempleo abierto en la situación de pleno empleo, la cual estimo en 5% de la PEA.

Por su parte, según la encuesta del Ministerio del Trabajo (MITRAB), el poder adquisitivo del salario promedio mensual del sector formal de la economía en febrero de 2023 se deterioró 7.6% interanual y su cobertura sobre el costo de la canasta de 53 productos de consumo básico se redujo hasta 59.6%, tras haber observado un máximo de 82.0% en septiembre de 2017.

La tasa neta de ocupación, que incluye a personas de 14 años y más ocupada como un porcentaje de la PEA, que laboraron al menos 1 hora de acuerdo con la resolución de la Organización Internacional del Trabajo de la 13ª CIET, fue igual a 96.8% en febrero y se mantuvo con respecto a enero de este año y está muy cercana a un máximo de 96.9% registrada en agosto de 2022.

Sin embargo, la tasa de inactividad económica, que es el porcentaje de las personas de 14 años y más que están en el desempleo abierto y que no buscan trabajo, fue igual a 32.5%, una décima porcentual menor que la de febrero de 2023 y que la de un máximo observado en enero de 2022.

Siempre he opinado que el mercado laboral de Nicaragua ha estado “frío” desde junio de 2018, con el desplome que se ha observado en el salario real del sector formal de la economía, y con la caída libre del saldo de crédito bancario al sector privado del país como un porcentaje del PIB desde 2018. No obstante no está a la vista la recesión económica ni la contracción del mercado laboral en Nicaragua en este año.

El deterioro del poder compra de los salarios, excepto el salario mínimo que desde 2021 está siendo ajustado sólo con la tasa de inflación del IPCG del año anterior, y la alta tasa de inactividad económica están contrayendo el gasto de consumo de los hogares, el cual ha sido compensado con el creciente flujo de remesas que aumentó de US$2,146.9 millones en 2021 a US$3,224.9 millones en 2022, debido principalmente a la emigración de 87,567 personas en 2021 (aproximadamente 2.8% de la PEA) a 217,088 personas en 2022 (aproximadamente 6.8% de la PEA) que cruzaron la frontera con Estados Unidos, según U.S. Border Patrol (USBP). En enero de 2023, se inició el Parole Humanitario y cerraron las fronteras a los emigrantes.

Finalmente, la economía de Nicaragua tuvo una tasa de crecimiento desacelerada de 3.8% en 2022 debido al “efecto de base” alto de 10.3% registrado en 2021 y a la caída de 4.2% del gasto de inversión fija. Es bastante probable que en 2023 continúe desacelerando, al preverse que el crecimiento económico podrá aumentar con una tasa levemente superior a 3.2% que es el ritmo de crecimiento del PIB real potencial del país.

Por otro lado, la variación interanual del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) promedio anual ha desacelerado continuamente hasta 3.6% entre febrero de 2022, mes en que mostró un “efecto de base” alto del orden de 10.8%, y febrero de 2023.

En conclusión, el desempeño económico del país desaceleró por el “efecto de base” alto y la caída de la inversión en construcción pública y privada en 2022, mientras que el mercado laboral resiste la alta inflación, la baja tasa de desempleo abierto que es inferior a la del pleno empleo y la pérdida de poder adquisitivo del salario real del sector formal de la economía.

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